En un comunicado de la Consejería de Agricultura, se ha informado que Andalucía importó 5.000 toneladas de caracoles desde Marruecos en 2023, con un valor de 3,8 millones de euros. Además, en los dos primeros meses de 2024, la compra de este producto desde la comunidad andaluza al país norteafricano ascendió a 248 mil euros, lo que representó un crecimiento del 88% en comparación con el mismo período del año anterior.
Este aumento en las importaciones sitúa a Marruecos como un mercado relevante en este ámbito para Andalucía, contrastando con la producción en granjas en España, que alcanzó los 605.500 kilogramos el año pasado, según la Asociación Nacional de Cría y Engorde del Caracol. A pesar de estas cifras, el consumo nacional estimado en 2020 fue de 18.800 toneladas, mostrando un incremento en la demanda.
En Andalucía, actualmente hay 211 explotaciones registradas dedicadas a la producción de caracol, lideradas por Sevilla con 54 granjas, seguido de Córdoba, Málaga, Granada, Huelva, Almería, Cádiz y Jaén. Sin embargo, la información disponible no descarta el cierre de algunas de estas explotaciones en el período analizado.
Según un estudio del Ministerio de Agricultura de 2020, identificar las explotaciones activas en Andalucía supone un desafío para la Administración, ya que solo alrededor de un tercio de las granjas registradas estaban en funcionamiento en ese momento. Por esta razón, se ha recurrido a Ancec para mejorar la representatividad de estos datos.
El secretario ejecutivo de la Organización Interprofesional del Caracol de Crianza, José Antonio Marcelo, destaca la complejidad para determinar el número de explotaciones activas debido a varios factores, como las subvenciones y la falta de control en el registro de explotaciones. Además, existen dificultades en la burocracia del registro y en la ordenación de explotación en la industria del caracol.
Otro punto a considerar es la distribución del caracol de granja producido en Andalucía, con solo un 30% destinado al consumo local, mientras que el resto se exporta a otras regiones de España con mayor demanda. Manuel Felipe López, empresario de Caracoles Sevilla, destaca la calidad del caracol importado de Marruecos, que según él es superior al caracol tradicional de granja.
López también señala los desafíos que enfrentan las granjas de caracol en España, como la disminución en la población de caracoles y las restricciones sanitarias que dificultan el comercio. Estos factores, junto con las diferencias de precios y las condiciones climáticas, han llevado a algunos productores a cerrar sus granjas.
A pesar de las preferencias individuales, Marcelo enfatiza que el caracol de granja ofrece mayor calidad y trazabilidad en comparación con el caracol importado de Marruecos. Destaca las ventajas del caracol de granja, como su mayor masa muscular y la posibilidad de conocer su edad, lo que influye en su sabor al consumirse.
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