En un hecho alarmante que subraya la importancia de tomar en serio el acoso y la violencia de género, la Policía Nacional ha llevado a cabo la detención de una mujer en Coria del Río, Sevilla, acusada de retener y agredir sexualmente a un hombre en su vivienda. Esta situación no solo culminó en una agresión, sino que se prolongó durante varias semanas de acoso y coacción que la víctima sufrió por parte de su agresora.
Según ha informado el Cuerpo en un comunicado, la investigación reveló que el denunciante no había sido la única persona que había padecido el comportamiento abusivo de esta mujer. El patrón delictivo que empleaba era la misma, contactando a sus víctimas a través de plataformas digitales y escalando rápidamente a situaciones peligrosas y violentas.
El desglose de los hechos describe cómo el acoso comenzó después de una cita entre la mujer detenida y el denunciante. Tras esa reunión, la mujer forzó al hombre a mantener relaciones sexuales con el pretexto de permitirle salir de su casa. Luego de lograr escapar de esa situación opresiva, el hombre decidió no volver a tener contacto con ella debido a la experiencia traumática que había vivido.
Sin embargo, esta decisión no fue suficiente para hacer cesar el acoso. La mujer comenzó a presentarse inesperadamente en el hogar de la víctima, siendo imposible ignorarla, llegando a acumular hasta 77 llamadas perdidas en cuestión de pocas horas. Esta presión constante se volvió un tormento insostenible para el denunciant,e que intentó, en vano, alejarse de ella.
Los agentes de la policía pudieron constatar que el acoso se intensificó progresivamente, llegando incluso a forzar al hombre a tener encuentros con ella bajo la amenaza de denunciarlo como víctima de violencia de género si él se negaba a cumplir con sus requerimientos. Esta situación encerraba una manipulación emocional brutal y un abuso de poder que no puede ser pasado por alto.
Finalmente, tras varias semanas de sufrimiento, el hombre decidió actuar. Armado con pruebas contundentes de lo que había estado ocurriendo, presentó una denuncia ante la Policía Nacional y solicitó una orden de alejamiento que le protegiera de su agresora. La valentía de este hombre al denunciar su situación es un recordatorio de la necesidad de romper el silencio en casos de violencia y acoso.
Como resultado de la investigación que se llevó a cabo, la Policía procedió a arrestar a la mujer por múltiples delitos, incluyendo Agresión Sexual, Detención Ilegal, Acoso y Coacciones. Pasó a disposición de la Autoridad Judicial, quien, tras valorar la situación, estableció medidas de protección, decretando Libertad Provisional para la detenida, así como una prohibición de comunicación y acercamiento a menos de 500 metros del denunciante, claves para salvaguardar su bienestar y seguridad.
Categoría:
Noticias de hoy más vistas
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.