La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada comenzó este lunes, 23 de octubre, el juicio con jurado popular de un caso en el que la Fiscalía solicita nueve años y medio de prisión para un hombre de 42 años. Se le acusa de dejar morir a su hermano, quien dependía de él, en un cortijo de Órgiva, en la Alpujarra de Granada. La acusación sostiene que el acusado habría desatendido las necesidades más básicas y el seguimiento de los tratamientos del fallecido.
Según consta en las conclusiones provisionales de la Fiscalía, el acusado habría enterrado posteriormente a su hermano en la finca en la que vivían juntos, y habría huido a Motril, en la costa, cobrando las prestaciones mensuales del fallecido como gran dependiente y de él como cuidador. El ministerio público considera que el acusado está afectado por la eximente incompleta de drogadicción y la agravante mixta de parentesco.
Desde 2014, el hermano, de 38 años en el momento de su fallecimiento en 2019, vivía con el acusado, quien era su tutor desde la muerte de su madre. No se tiene constancia de ninguna relación con otros familiares. El fallecido sufría de discapacidades físicas y mentales desde su nacimiento, presentando una deficiencia intelectual profunda, parálisis cerebral y epilepsia.
Esta condición lo consideraba un gran dependiente, con un 97% de discapacidad. No podía comunicarse verbalmente ni de forma no verbal, utilizaba silla de ruedas y no contaba con ninguna independencia para realizar actividades básicas de la vida diaria, como alimentarse, asearse, vestirse o medicarse. Por lo tanto, el acusado tenía la obligación de cuidar de él.
El fiscal también menciona que, a pesar del estado insalubre de la vivienda en la que ambos hermanos habitaban, el acusado nunca habría considerado ingresar al fallecido en un centro. La suciedad y el desorden generalizado, junto con la ubicación aislada y de difícil acceso, dificultaban aún más el cuidado y la atención en caso de emergencias médicas.
En este contexto, presuntamente el acusado habría descuidado las necesidades más básicas de su hermano. No lo alimentaba correctamente, no lo aseaba a diario, no limpiaba su entorno ni cambiaba su posición en la cama. Además, no atendía sus dolencias físicas ni seguía los tratamientos y citas médicas prescritas. Lo dejaba solo en la vivienda, a pesar de conocer la necesidad de asistencia y su incapacidad para ser autónomo, lo que condujo a su fallecimiento el 25 de febrero de 2019.
Tras ocultar este desenlace, al día siguiente por la noche, el acusado habría enterrado a su hermano en la finca. Finalmente, fue detenido en Motril el 5 de marzo del mismo año, habiendo cobrado ya las prestaciones mensuales.
La acusación pública, que imputa al acusado un homicidio por omisión, detalla que este era consciente de la situación de su hermano y de la necesidad de cuidado integral. Sin embargo, su historial de drogodependencias le habría impedido atenderlo debidamente.