SEVILLA, 30 de diciembre.

En una noche que comenzó como cualquier otra, la Jefatura de la Policía Local de Sevilla, ubicada en La Ranilla, se transformó en el escenario de un incidente lamentable el pasado domingo. Todo ocurrió cuando un grupo de allegados de un vendedor ambulante de 43 años, quien había perdido la vida tras saltar al río Guadalquivir, se congregó en el lugar. El vendedor intentó escapar de las autoridades mientras realizaba una actividad de venta ambulante considerada ilegal, según información proporcionada por fuentes cercanas al caso a Europa Press.

De acuerdo con las declaraciones del Ayuntamiento de Sevilla, los agentes de la Policía Local, encargados de la vigilancia durante el operativo especial de Navidad, fueron quienes localizaron al hombre en el área del Muelle de Nueva York. Ante la presencia policial, el individuo comenzó a correr en un estado de evidente pánico.

Los oficiales, en un esfuerzo por calmarlo, se dieron cuenta del notable nerviosismo del varón, quien se encontraba a pocos metros del río. A medida que intentaban disuadirlo de su intención de lanzarse al agua, la tensión crecía y su descontrol se hacía evidente, según lo manifestado por el propio Consistorio.

Sin embargo, los intentos de los agentes por frenar su desesperación resultaron infructuosos. El hombre terminó brincando al agua, y su incapacidad para mantenerse a flote se hizo notoria. En un acto heroico, dos agentes se lanzaron al Guadalquivir en un intento de rescatarlo, pero lamentablemente lograron recuperar su cuerpo sin vida tras ser localizado por los buzos de la Unidad de Rescate Acuático del servicio de Salvamento y Extinción de Incendios.

Según información oficial del Ayuntamiento, la Policía Nacional asumió el control de la investigación correspondiente, mientras esperaba la llegada de la Comisión Judicial. Posteriormente, familiares y amigos del fallecido, visiblemente alterados, se presentaron en la sede de la Jefatura de Policía Local, comenzando una serie de disturbios que incluyeron la rotura de ventanas y la llegada a puntos críticos del edificio. La intervención de las fuerzas del orden fue necesaria para contener la situación.

Fuentes cercanas informaron que como resultado de estos acontecimientos un individuo fue detenido, y se reveló que esa misma noche se estaba llevando a cabo una reunión entre representantes del colectivo de vendedores ambulantes y responsables de la Policía Local.

El detenido se enfrenta a acusaciones graves, incluyendo atentado a la autoridad y desórdenes públicos. Además, el altercado provocó la movilización de varios efectivos para hacer frente a un incendio presuntamente intencionado de contenedores de basura y vehículos en las inmediaciones, señalando la gravedad de la situación que se desató.