SEVILLA, 5 de noviembre. En un alarmante recordatorio de los riesgos del conducir bajo la influencia del alcohol y la distracción ocasionada por el uso del móvil, la Guardia Civil ha iniciado una investigación contra una mujer que ha sido identificada como presunta responsable de un delito contra la seguridad vial. Este incidente tuvo lugar en la autovía A-4, donde la conductora fue sorprendida utilizando su teléfono mientras manejaba, además de presentar una grave tasa de alcoholemia.

Según el informe proporcionado por el Instituto Armado, los hechos ocurrieron gracias a la rápida actuación de los agentes del Destacamento de Tráfico de Écija, en Sevilla. Una vez que procedieron a la detención de la conductora por su comportamiento imprudente al volante, los efectivos se percataron de que la mujer mostraba evidentes signos de estar bajo los efectos del alcohol.

Las pruebas realizadas en el etilómetro revelaron cifras alarmantes: la conductora registró una tasa de 1,52 miligramos de alcohol por aire espirado en la primera medición y 1,58 en la segunda. Estos resultados son seis veces mayores a los límites legales establecidos, lo que subraya la gravedad de la situación.

El Código Penal español prevé penas serias para conductas de este tipo. En este caso, la infractora podría enfrentarse a una condena que oscila entre tres y seis meses de prisión, multas que pueden variar entre seis y doce meses, así como la obligación de realizar trabajos en beneficio de la comunidad, con un período que va de 31 a 90 días.

Sin embargo, más allá de las posibles sanciones penales, la conductora también enfrentará la inevitable pérdida del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, con una prohibición que puede extenderse de más de un año hasta un máximo de cuatro años.

Además, queda claro que el uso del teléfono móvil al volante es una infracción que trae consigo consecuencias directas. La multa establecida para esta violación asciende a 200 euros y, por si fuera poco, también se pierde un total de seis puntos en el carné de conducir, lo que a largo plazo puede repercutir significativamente en la vida del infractor.