HUELVA, 20 de octubre - La tragedia que ocurrió en un atentado en Gibraleón el 9 de octubre de 2022, ha dejado una profunda herida en la familia de la víctima que perdió la vida. Sus seres queridos claman por justicia y exigen que se imponga la pena más severa posible al único acusado. Para ellos, el perdón no era una opción viable, ya que creen que lo que se manifiesta en este caso es pura maldad en lugar de un mero trastorno psicológico.
Antes de que comenzara el juicio, uno de los hermanos de la víctima se mostró firme en su demanda de justicia, expresando su esperanza de que el acusado reciba una condena de entre 25 y 30 años de prisión. Su deseo más urgente es que este individuo no tenga la oportunidad de volver a hacerle daño a alguien más.
El hermano también comentó sobre la defensa del acusado, que ha querido alegar trastornos mentales para suavizar su condena. Sin embargo, recordó que en previos delitos no se habían encontrado razones que justificaran tales trastornos. “Él solo está buscando una manera de disminuir su culpa”, indicó con desdén.
Una de las hermanas de la víctima añadió que el perdón no les proporciona consuelo. "Mi hermano ya no está con nosotros, y eso es culpa del acusado. Cualquier intento de justificación resulta irrelevante para nosotros", afirmó con voz firme, haciendo hincapié en que la culpa y la responsabilidad deben ser asumidas.
En cuanto a sus expectativas sobre el resultado del juicio, la familia tiene plena confianza en su abogado, quien ha prometido hacer todo lo posible para asegurar que se haga justicia. "Confiamos en que se reconocerán los hechos y que habrá una respuesta adecuada por parte de la justicia", mencionó uno de sus miembros.
José Luis Orta, el abogado que representa a la familia y a algunos de los heridos en el incidente, destacó que durante el juicio solicitarán la condena por asesinato con alevosía, dado que el acusado no solo causó la muerte, sino que también intentó acabar con la vida de otras ocho personas. Esta acusación resalta la gravedad del acto cometido.
El abogado también se mostró incierto sobre si el acusado elegirá declarar en su defensa, pero apuntó que su silencio podría ser interpretado de diversas maneras. "El hecho de no hablar puede ser tanto una estrategia como un signo de debilidad", comentó mientras se preparaba para el juicio.
Orta aseguró que la petición de condena es considerablemente alta, enfatizando que no solo se trata de alargar el tiempo que pase en prisión, sino que también es un reconocimiento a la gravedad de sus actos. "Tratar de disminuir la gravedad de lo que ha hecho con alegaciones de trastornos mentales es inaceptable; es simplemente maldad", concluyó, reafirmando que no se debería minimizar su responsabilidad por sus acciones.
Por último, sobre el intento de la defensa del acusado de conseguir un internamiento en un centro psiquiátrico, el abogado recalcó que esta opción ya ha sido rechazada en ocasiones anteriores. La defensa está intentado buscar reducciones de pena a través de atenuantes, pero Orta insistió en que lo que demuestra este caso es un comportamiento deliberado y malicioso, y no una incapacidad mental. "Es fundamental que la justicia reconozca la naturaleza del crimen y actúe en consecuencia", finalizó.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.