24h Andalucía.

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La Cámara de Cuentas urge a la Junta a implementar estrategias para fomentar la igualdad en el ámbito laboral.

La Cámara de Cuentas urge a la Junta a implementar estrategias para fomentar la igualdad en el ámbito laboral.

SEVILLA, 9 de octubre.

Hoy, la Cámara de Cuentas de Andalucía ha emitido una importante recomendación dirigida a la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo y al Servicio Andaluz de Empleo. En su informe, solicita que las iniciativas de promoción de la igualdad se integren dentro de una estrategia conjunta, dejando atrás la visión fragmentada que ha caracterizado estos esfuerzos hasta ahora.

Este análisis, que abarca las políticas activas de empleo entre 2019 y 2023, evalúa cómo se han gestionado estas medidas y busca ofrecer recomendaciones para su mejora. La Cámara ha puesto de manifiesto que, a pesar de los recursos destinados, las actuaciones carecen de una visión cohesiva, lo que debilita su efectividad.

Las conclusiones del informe evidencian que las iniciativas para fomentar la igualdad están desconectadas y dispersas a través de diferentes programas. Esto impide que las entidades responsables tengan un entendimiento integral de los esfuerzos realizados en esta dirección, lo que es clave para realizar cambios significativos.

Durante el periodo analizado, se asignaron 23 millones de euros específicamente a fomentar la igualdad, complementados con unos 671 millones en programas que, aunque incluían elementos de este tipo, no permitieron identificar cómo se utilizaron esos fondos de manera detallada.

Otro aspecto relevante señalado por la Cámara es la falta de atención a problemáticas cruciales como la segregación profesional y las desigualdades salariales, así como la necesidad de incentivar la contratación de mujeres en sectores donde están subrepresentadas. Esto resalta una falta de alineación con los objetivos establecidos por la Ley 12/2007, que busca promover la igualdad de género en la región.

Además, el informe identifica un vacío en la planificación inicial, que debería facilitar el diagnóstico de necesidades y la adecuación de medidas. Sin un marco de evaluación efectivo, queda en el aire la cuestión de si los recursos se están utilizando de la manera más eficaz y pertinente.

La Cámara critica también la carencia de mención sobre las desigualdades persistentes en el mercado laboral entre hombres y mujeres, además de la falta de seguimiento de las recomendaciones previas realizadas por la Unidad de Igualdad sobre informes de impacto de género.

La falta de coordinación se ha destacado como una debilidad importante en la implementación de políticas de igualdad. El informe menciona que no se ha proporcionado evidencia de que se estén cumpliendo las funciones del Comisionado del Plan Director de Ordenación de las Políticas de Empleo, lo que pone de relieve la necesidad de una mejor supervisión y evaluación de las acciones emprendidas.

En general, el documento concluye que muchas de las iniciativas propuestas no lograron la implementación esperada y, por ende, los resultados han sido insatisfactorios. A pesar de que las ayudas para fomentar el trabajo autónomo se diseñaron para beneficiar a mujeres, en la realidad los hombres han sido los principales beneficiarios. Asimismo, los incentivos para la conciliación laboral han tenido muy poca aceptación.

A pesar de que las iniciativas formativas han logrado aumentar la participación de mujeres, ciertos sectores, aún dominados por hombres, siguen mostrando una baja representación femenina. De hecho, la mitad de las medidas evaluadas dirigidas a la creación de empleo no lograron tener un impacto significativo en el mercado.

En respuesta a estas preocupaciones, la Cámara de Cuentas ha formulado diversas recomendaciones, como la necesidad de crear un sistema integral que centralice la información sobre las medidas en desarrollo y facilite la toma de decisiones. También ha instado a que las políticas de igualdad se alineen plenamente con las estipulaciones de la ley correspondiente.

Otra sugerencia de gran relevancia es la instauración de programas específicos que tengan a las mujeres como eje central. Asimismo, se recomienda que se refleje y se visibilice la situación desigual entre hombres y mujeres en el mercado laboral en los textos normativos que regulan las políticas de igualdad.

Entre otras recomendaciones, se sugiere fomentar un sistema de coordinación que integre las acciones de las diferentes entidades comprometidas con la promoción de la igualdad, así como reforzar las funciones asignadas al Comisionado para garantizar el seguimiento y la evaluación de las iniciativas emprendidas.

Finalmente, el informe incluye consejos sobre la necesidad de establecer indicadores específicos para rastrear la efectividad de las políticas, atender las propuestas de la Unidad de Igualdad y realizar evaluaciones sistemáticas de las iniciativas en curso para asegurar que se cumplan los objetivos de igualdad establecidos.

Se plantean también la revisión y adaptación de medidas que fomenten el trabajo autónomo entre mujeres, así como la investigación de las razones detrás de la baja ejecución de incentivos para la conciliación, con el fin de promover un equilibrio más efectivo entre la vida laboral y personal.