24h Andalucía.

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La industria andaluza registra una caída del 7,7% en agosto, superando la media nacional en 4,2 puntos.

La industria andaluza registra una caída del 7,7% en agosto, superando la media nacional en 4,2 puntos.

El último informe del Instituto Nacional de Estadística revela una preocupante caída del 7,7% en el Índice General de Producción Industrial en Andalucía durante el mes de agosto, lo que representa un descenso significativo en comparación con la media nacional del 3,5%.

En el panorama industrial a nivel nacional, solo cinco comunidades autónomas muestran un aumento en su producción, mientras que otras doce sufren un declive en sus cifras. Andalucía se encuentra entre las regiones con mayores retrocesos, junto con Cataluña y Murcia, lo que plantea un desafío para la recuperación económica en la región.

A lo largo del año, Andalucía ha observado una disminución del 3,3% en su producción industrial, en contraste con el ligero incremento del 0,4% a nivel nacional. Esta disparidad subraya la importancia de implementar medidas que impulsen el crecimiento industrial en la comunidad.

En cuanto a los sectores económicos, los bienes de consumo en Andalucía han experimentado una reducción del 6,4%, reflejando una disminución tanto en los bienes duraderos como en los no duraderos. Esta situación se suma a los descensos en los bienes de equipo, bienes intermedios y energía, lo que evidencia un panorama desafiante para la industria en la región.

La caída en la producción industrial a nivel nacional, con un descenso del 3,5% en agosto en comparación con el año anterior, revela la vulnerabilidad del sector ante dinámicas económicas adversas. Este retroceso, el mayor desde junio, plantea interrogantes sobre la capacidad de recuperación de la industria en un contexto de incertidumbre.

El informe destaca que la disminución en la producción industrial en agosto se debe principalmente a la contracción en todos los sectores, excepto en los bienes de consumo duradero, que registraron un ligero aumento del 0,4%. Esta tendencia negativa afecta especialmente a los bienes de equipo, los bienes de consumo no duradero, la energía y los bienes intermedios, lo que subraya la necesidad de impulsar políticas que fomenten la actividad industrial sostenible y competitiva.