Las últimas lluvias en la Estación Biológica de Doñana son consideradas positivas, pero es temprano para evaluar su impacto.
La Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) ha manifestado su satisfacción ante las recientes lluvias caídas en el Parque Nacional durante la Semana Santa, aunque señalan que es necesario ser cautelosos y esperar a que el agua llegue por completo a la marisma para evaluar sus efectos.
Según el director de la EBD-CSIC, Eloy Revilla, la lluvia en medio de una sequía intensa siempre es positiva, pero es importante esperar para ver cómo afecta a los acuíferos y lagunas, ya que los efectos pueden tardar en hacerse evidentes. Destacó la importancia de observar cómo influye en las diversas superficies del Parque.
Los datos recopilados por la EBD indican que en marzo cayeron 142,5 litros de agua en el Parque Nacional, principalmente concentrados en la última semana. Estas lluvias han beneficiado a lagunas temporales y permanentes, mejorando su estado, como en el caso de la laguna de Santa Olalla.
Revilla explicó que la marisma es la que más se beneficia de la lluvia, ya que depende directamente de la escorrentía. Sin embargo, destacó que la sequía tiene dos componentes, uno coyuntural que se alivia con las precipitaciones y otro estructural relacionado con el uso excesivo de agua a largo plazo.
En cuanto a la preocupación sobre la colmatación de la Marisma de El Rocío, Revilla señaló que se trata de un proceso natural que ha ocurrido a lo largo de miles de años. Para reducir la entrada de sedimentos, sugirió restaurar las zonas aguas arriba para mejorar la calidad y cantidad de agua que llega al espacio natural.
En relación a la subida del nivel del mar, Revilla advirtió que es un fenómeno que ya se está experimentando y que tendrá un impacto significativo en las próximas décadas. Destacó la importancia de considerar estos cambios en las acciones de conservación a largo plazo en la marisma de Doñana.
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