Nuevo proyecto busca optimizar el uso del agua regenerada en el olivar andaluz mediante estrategias de gestión de riesgos.
SEVILLA, 5 Mar.
El proyecto Reutivar 2.0., que estudia la aplicación de las aguas regeneradas en el olivar, trabaja en la definición de un plan de gestión de riesgos para el aprovechamiento de este tipo de aguas en el regadío. El objetivo de las organizaciones que lideran este proyecto de innovación (Feragua, la Universidad de Córdoba, Aguas de Montilla y la Comunidad de Regantes Tintín) es crear un proyecto que pueda ser utilizado como modelo por las comunidades de regantes concesionarias de aguas regeneradas.
Uno de los objetivos de Reutivar 2.0. es "analizar el uso de estos recursos no convencionales para el regadío del olivar" a la luz del nuevo Reglamento UE 2020/741, normativa comunitaria en vigor desde el pasado verano y cuya transposición al ordenamiento español está a la espera de un nuevo Reglamento de Aguas regeneradas en cuya tramitación avanza el Gobierno después de haber superado ya la fase de consulta pública, según ha recordado Feragua en una nota.
En este sentido, una de las principales novedades de esta nueva norma comunitaria, que tendrá su reflejo en el reglamento nacional, es "la exigencia obligatoria de ese plan de prevención y gestión de riesgos para todos los aprovechamientos de aguas regeneradas", han resaltado.
Sin embargo, en el diseño de ese plan, Feragua ha apuntado que los promotores de Reutivar 2.0. se están encontrando con "un problema fundamental", que es precisamente "la indefinición actual de los parámetros y contenidos mínimos que debe tener ese plan tanto en la normativa comunitaria como en la transposición que el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miterd) está realizando de la misma, ya que aún no se ha publicado el acto delegado de la Comisión Europea que va a marcar las directrices".
Asimismo, la organización refiere la "preocupación" que existe en el regadío por la exigencia de que este plan sea revisado cuando haya cambios climáticos significativos que afecten negativamente a las masas de aguas. En concreto, "lo que preocupa sobre todo es cómo se establece de un modo objetivo que se han producido esos cambios y esa afección", han puntualizado. De ahí que en sus alegaciones al nuevo reglamento, Feragua haya solicitado al Ejecutivo estatal que fije un criterio más específico, vinculado a la planificación hidrológica por parte de la administración hidráulica competente.
En cualquier caso, el plan de prevención y gestión de riesgos en el que están avanzando los promotores de Reutivar 2.0 se basará en el enfoque "multibarreras", ya ensayado con éxito en la primera edición de Reutivar y que, como su propio nombre indica, propone "levantar numerosos obstáculos" para evitar cualquier riesgo de contaminación y proteger así de forma eficaz tanto al cultivo como al medio ambiente.
Esta faceta de Reutivar 2.0 tendrá continuación en 'Hagro', nuevo proyecto de I+D que ha logrado financiación de la Junta de Andalucía y de la UE a través de los Fondos Feader 21-27, y cuyo objetivo consiste en "crear una herramienta digital para la implantación y operación de esos prescriptivos planes de gestión de riesgos".
Feragua, la Universidad de Córdoba, Aguas de Montilla y la Comunidad de Regantes Tintín lideran el proyecto Reutivar 2.0, que cuenta con financiación de la Junta de Andalucía y la Unión Europea a través del Feader 2014-2020. Las actuaciones experimentales de Reutivar 2.0 se están realizando en el complejo EDAR Montilla-Sector I de la Comunidad de Regantes Tintín y la planta experimental de Carrión de los Céspedes (Sevilla), de Amaya.
El interés del estudio obedece a que el olivar representa el 60% de la superficie de riego de Andalucía y es clave para la vertebración social y dinamización económica del medio rural andaluz. En concreto, son más de 650.000 hectáreas las ocupadas por el olivar en Andalucía, 19 los millones de jornales que genera una campaña media, más de 250.000 las familias de olivareros que viven de forma directa de este cultivo y 300 el número de pueblos andaluces en los que el olivar representa la actividad económica principal.
Pero el olivar "necesita agua, y cada año ya consume en Andalucía una media de 988 hectómetros cúbicos anuales, más del 20% de la demanda total en la región". "Resulta además que las previsiones de demanda de agua para el regadío aumentarán con el cambio climático, que profundizará así el déficit hídrico de las cuencas andaluzas cifrado en la actualidad en más de 400 hm3, obligando a recurrir a nuevas fuentes de aguas para atender cultivos de gran valor económico y social como el olivar", han alertado desde la organización.
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