24h Andalucía.

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Sevilla revela su esencia solidaria en un memorable 8 de diciembre.

Sevilla revela su esencia solidaria en un memorable 8 de diciembre.

SEVILLA, 8 de diciembre. Este pasado domingo, Sevilla se vio desbordada por la devoción, al congregar a decenas de miles de personas, muchas de ellas provenientes de diversas localidades más allá de la provincia. Este evento, único en su clase y posiblemente irrepetible, marcó la clausura del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Pero más allá de su significado académico, la procesión extraordinaria ha reafirmado el indiscutible papel que ocupa Sevilla en el panorama de la religiosidad, dejando claro que esta ciudad es un referente en el ámbito de las cofradías.

La magnitud de esta cita se hizo evidente al considerar que los organizadores del congreso, llevado a cabo desde el jueves, habían diseñado un programa muy completo que abarcaba conferencias, exposiciones y mesas redondas, contando con la presencia de ponentes internacionales y representantes de la curia vaticana. En un momento culminante, lograron reunir en una única procesión a las más queridas devociones de la capital andaluza y sus alrededores. Entre las imágenes que participaron en este histórico evento se encontraban la venerada imagen del Gran Poder, la Macarena, la Esperanza de Triana, el Cachorro, y las vírgenes de Consolación de Utrera, Setefilla de Lora del Río, y Valme de Dos Hermanas, así como la Virgen de los Reyes, patrona de la Archidiócesis.

La expectación fue tal que el recorrido de la procesión transcurrió por una 'carrera oficial' que se apartó del escenario habitual de la Semana Santa, lejos de la Campana. Este nuevo trayecto ofreció escenas que parecían difíciles de concebir en el ámbito cofrade, como el paso del Gran Poder por el Paseo de Colón o el espectacular desfile de las dos imágenes de la Esperanza caminando una tras otra, con la icónica Torre del Oro como telón de fondo. La incorporación de la Virgen de Consolación y las patronas de Utrera y Lora del Río enriquecieron aún más esta manifestación de fe.

La emoción se palpó en el ambiente, un testimonio de la ferviente devoción que suscitó esta Magna Procesión en Sevilla. Las sillas, instaladas a lo largo del recorrido para el público, se agotaron rápidamente, con un total de 20,000 asientos reservados en cuestión de horas, lo que no hizo más que ilustrar el interés que generó este evento.

Los asistentes pudieron disfrutar de la belleza del contraste entre luces y sombras que se proyectaba sobre el paso del Señor de Sevilla, mientras atravesaba el majestuoso entorno del Alcázar y avanzaba por una Puerta de Jerez repleta de gente, todo en el resplandor del día. Las imágenes de devoción que llegaron de fuera de la capital hispalense fueron recibidas con cantos y vítores, en particular la Virgen de Setefilla, reflejo del espíritu de la religiosidad popular.

Otro momento que quedará grabado en la memoria de todos los asistentes fue el emotivo intercambio de saludos entre la Esperanza de Triana y la Macarena, justo antes de la salida de ambas, en un significativo encuentro en el trascoro de la Catedral. Esta conexión simbólica fortaleció aún más los lazos de hermandad y devoción que unen a estas veneradas imágenes.

La procesión de clausura tuvo inicio hacia las 16:00 horas, con los niños carráncanos anunciando la llegada de un extenso cortejo. No fue sino hasta tres horas más tarde que la Macarena, figura que cierra este grandioso desfile, cruzó la Puerta de Palos ya bajo la luz de una noche cerrada, aunque con un retraso de treinta minutos respecto a lo planeado.

En total, el cortejo estuvo compuesto por hasta 300 hermanos de cada corporación, recorriendo juntos un trayecto que comenzó en la Plaza del Triunfo y atravesó lugares emblemáticos como el Paseo de Colón y la Avenida de la Constitución, pasando también por Puerta de Jerez y Almirante Lobo.

El punto culminante de la procesión fue cuando la Virgen de los Reyes llegó al altar efímero instalado frente a la Plaza de Toros, donde se encontraban las autoridades, entre ellas el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, el presidente del Consejo de Hermandades, Francisco Vélez, el nuncio apostólico, monseñor Bernardito Auza, y el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses.

Una vez finalizada la procesión, las distintas corporaciones comenzaron su regreso a sus sedes. Cabe resaltar que las hermandades de la provincia, como la Virgen de Setefilla, la de Consolación y la de Valme, se dirigieron a templos sevillanos, donde sus respectivos entornos fueron adornados con coloridas flores de papel y banderillas, creando una atmósfera festiva y de celebración alrededor de cada hermandad.

La inusitada afluencia de personas a las calles durante este fin de semana se debe, además de la procesión, a los traslados del Cachorro y la Esperanza de Triana a la Catedral, que se realizaron a primera hora de la tarde, y posteriormente al Gran Poder y la Macarena. Este emocionante fin de semana de diciembre estuvo marcado por casi 40 horas de procesiones, generando infinitas imágenes para recordar y exhibiendo al mundo la rica y vibrante religiosidad popular que caracteriza a Sevilla.