En una nueva polémica en el ámbito de la sanidad pública, la Guardia Civil ha investigado a tres médicos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y a otra persona en Villanueva de la Concepción, Málaga, por un posible delito contra la salud pública. La operación, denominada 'Benzo', ha sido iniciada por presuntas prescripciones de grandes cantidades de medicamentos psicotrópicos a un único individuo.

Las sospechas surgieron cuando se detectaron prescripciones que excedían los límites establecidos legalmente, lo cual fue reportado por el Colegio de Farmacéuticos de Málaga a la Inspección Provincial de Servicios Sanitarios de la Junta de Andalucía, según fuentes de la Guardia Civil.

Tras una investigación que se inició cuando se descubrió que un hombre estaba solicitando de manera reiterada medicamentos psicotrópicos en el Centro de Salud de Villanueva de la Concepción, se encontró que este individuo, diagnosticado como drogodependiente y en tratamiento con metadona, había recibido cantidades exorbitantes de Alprazolam y Clonazepan en un corto período de tiempo.

Las cifras son alarmantes, con 66 cajas prescritas en tan solo un mes y un total de 372 envases de psicotrópicos en un lapso de nueve meses. Resulta aún más preocupante que el individuo obtuviera estas sustancias en varias farmacias de la región, llegando a adquirir hasta seis cajas en un solo día, en ocasiones con anulaciones cautelares debido a sospechas de uso indebido.

Se ha revelado que, supuestamente, estas anulaciones eran levantadas por los médicos que recetaban los medicamentos, lo que ha llevado a la investigación de los tres profesionales de la salud implicados. Estos psicotrópicos, altamente codiciados en el mercado ilegal, son utilizados para la elaboración de una peligrosa droga conocida como 'Karkubi', generando riesgos significativos para la salud mental y física de quienes la consumen.

La operación, llevada a cabo por la Guardia Civil de Antequera en colaboración con la Inspección Provincial de Servicios Sanitarios de la Junta de Andalucía, destapa una situación preocupante en la que la manipulación de recetas médicas pone en peligro la integridad de los pacientes y alimenta el comercio ilegal de sustancias psicotrópicas en la región.