GRANADA, 30 de abril.

La plaga de la avispilla del almendro ha sido oficialmente identificada en Andalucía, con su reciente aparición en varias localidades granadinas, como Orce, Galera y Cúllar, según lo ha anunciado la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural.

En un comunicado emitido el miércoles y publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), se han establecido medidas fitosanitarias que serán de cumplimiento obligatorio en las áreas comprometidas. El objetivo es frenar la propagación de este insecto, reducir su impacto y facilitar su erradicación.

La Junta destaca que la avispilla del almendro es una de las plagas más dañinas para este cultivo, teniendo un impacto devastador en plantaciones jóvenes y variedades vulnerables. Se prevé que, bajo ciertas condiciones, los daños puedan alcanzar cifras preocupantes, con pérdidas de producción que rondan el 90%.

Originaria del oeste de Asia, la avispilla ha encontrado un hogar en diversas regiones del área mediterránea, desde países del sureste europeo hasta Medio Oriente. En España, su primer avistamiento se documentó en Castilla-La Mancha en 2010.

Desde su descubrimiento, la plaga ha sido registrada en varias comunidades autónomas, incluyendo Aragón, la Comunidad Valenciana y Murcia. Recientemente, en julio de 2024, se confirmaron los primeros casos en Andalucía, específicamente en los municipios de Orce, Galera y Cúllar.

En la primera semana de abril, el Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Almería notificó la presencia de la avispilla tras realizar análisis en muestras recolectadas por los técnicos de la Delegación de Agricultura granadina en las mencionadas localidades.

En cumplimiento con las normativas de la Unión Europea, la Junta de Andalucía ha informado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sobre la detección de esta plaga en el territorio andaluz.

La avispilla pone sus huevos en la almendra jóvenes durante la primavera, alimentándose de la semilla durante todo un año. Al completar su ciclo de vida, el insecto perfora la cáscara y emerge en sincronía con la próxima cosecha de almendras.

Los agricultores que cultivan almendros o que tengan árboles de esta especie en sus terrenos deben implementar tratamientos fitosanitarios y deshacerse de las almendras infestadas. No se permite la transferencia de estas almendras fuera de las fincas, debiendo ser destruidas mediante incineración. Además, está prohibido el uso de las cáscaras como alimento para animales o para otros fines.

Es esencial que se mantenga una rigurosa limpieza de la maquinaria de cosecha y de los sistemas de transporte y almacenamiento, evitando que queden residuos de almendras que sirvan como puntos de propagación de la plaga.

Los almacenes que reciben almendras de regiones con casos confirmados o sospechosos de la plaga deberán garantizar un almacenamiento adecuado para prevenir la contaminación de otras partidas. Además, se les exige un estricto protocolo de limpieza de los equipos que entren en contacto con las almendras.

Finalmente, es crucial que las almendras afectadas sean destruidas, y que se notifique a la Delegación Territorial el ingreso de partidas con evidencias de la plaga, indicando su origen y detalles de las parcelas afectadas.