El FC Barcelona se corona campeón de la Copa del Rey tras vencer al Real Madrid en un Clásico electrizante que finalizó 3-2 en el Estadio La Cartuja de Sevilla. El equipo azulgrana se llevó el título gracias a un tanto decisivo de Jules Koundé en la prórroga, lo que marca un fuerte golpe al ánimo del equipo blanco dirigido por Ancelotti.

Con esta victoria, el Barça dirigido por Hansi Flick no solo conquista su primer gran trofeo de la temporada, sino que también mantiene viva la ilusión por lograr un triplete. A lo largo del partido, los azulgranas demostraron un fútbol vibrante, lleno de tenacidad y épica, lo que les permitió dominar a un Real Madrid que soñaba con redimirse en esta final.

El encuentro comenzó con fuerza para el Barça, que abrió el marcador con un impresionante gol de Pedri en la primera mitad. Sin embargo, tras el descanso, el Real Madrid reaccionó gracias a la entrada de Kylian Mbappé, quien igualó el marcador antes de que Aurelien Tchouaméni diera la vuelta al juego. Pero los culés no se dieron por vencidos y lograron el empate a través de Ferran Torres, lo que llevó el partido a la prórroga, donde Koundé selló la victoria definitiva.

Este triunfo supone un enorme impulso para el Barcelona en su búsqueda de más títulos, especialmente al tratarse de una victoria sobre su eterno rival en un contexto tan crucial. La situación es inversa para el Real Madrid, cuya derrota podría complicar el futuro del proyecto de Ancelotti, que ahora enfrenta muchas más dudas y cuestionamientos.

Desde el inicio, el Barcelona se mostró decidido, apoderándose del balón y presionando en la salida del Madrid, que se vio incapaz de hacer frente a esa intensidad. Las primeras instancias del encuentro resultaron dominadas por los azulgranas, mientras que los blancos se mostraban desdibujados, con Vinícius Júnior y Rodrygo sin poder conectar.

La situación del Madrid se complicó aún más con la lesión de Ferland Mendy en los primeros minutos, lo que llevó a Ancelotti a realizar cambios tempranos. En este contexto, el Barcelona logró marcar, aprovechando un rápido contragolpe tras un error defensivo del Madrid, que culminó con la brillante definición de Pedri.

El Real Madrid, por su parte, sufrió para generar oportunidades claras y aunque Bellingham intentó activar el ataque, sus esfuerzos no dieron frutos hasta que el juego estuvo por cadena. A pesar de lograr un penalti anulado y un gol que no subió al marcador, el Madrid mostró algunas opciones de reacción.

Ya en la segunda mitad, Mbappé transformó el juego de su equipo, logrando igualar el partido con un libre directo y posteriormente asistiendo a Tchouaméni para el segundo gol del Madrid. Sin embargo, los madridistas no pudieron mantener la ventaja, ya que el Barça logró nivelar de nuevo justo cuando parecía que el partido se decantaba a favor de los blancos.

El tiempo extra está marcado por la intensidad y la incertidumbre, con ambos equipos buscando el gol decisivo. Finalmente, Koundé, desde fuera del área, coló el balón en la red y selló el destino del partido, consagrándose así el Barça como merecido campeón de la Copa del Rey.

El partido no solo será recordado por el desenlace, sino también por la demostración de carácter del Barça y los desafíos que enfrenta el Real Madrid en la continuidad de su temporada. La fiesta azulgrana ha vuelto a brillar, mientras que el Madrid deberá replantearse su estrategia ante un futuro incierto.