SEVILLA, 2 de noviembre. La justicia sevillana se prepara para un caso que ha conmocionado a la comunidad. A partir del lunes, 3 de noviembre, un jurado popular comenzará a evaluar la responsabilidad de un hombre y una mujer en el asesinato de un individuo en Dos Hermanas, un trágico suceso ocurrido en noviembre de 2021. La Fiscalía ha solicitado penas severas: 25 años de prisión para la mujer, quien era esposa del fallecido, y 20 años de cárcel para el hombre, con quien mantenía una relación amorosa secreta y quien a su vez era amigo del difunto.

El juicio se iniciará con la formación del jurado y la presentación de las posturas de las partes involucradas. A lo largo de la siguiente semana, se escucharán testimonios y se realizarán exposiciones de peritos. Tanto el hombre como la mujer han estado en prisión preventiva desde el 14 de enero de 2022, a la espera de este proceso judicial.

En el documento de acusación, el Ministerio Fiscal describe cómo la acusada, de 43 años y casada con la víctima, mantuvo una relación oculta con el coacusado, quien era su amigo de larga data. Esta dinámica de amistad unió a los tres durante años, incluso llegando a compartir residencias en el pasado. Sin embargo, el progreso de la relación entre la mujer y el hombre encausado llevó a que consideraran a la víctima como un obstáculo en su vida juntos, motivando planear su muerte, un acto que decidieron llevar a cabo el 5 de noviembre de 2021.

Los detalles narrados por la Fiscalía indican que ese día, después de que el cónyuge se fue a trabajar, los acusados pasaron gran parte del día juntos. Tras la jornada laboral y algunas cervezas con amigos, la esposa propuso salir, dejando su teléfono apagado en casa para eludir cualquier seguimiento. Entrando en un bar, donde el fallecido consumió una cantidad considerable de alcohol, se dio la oportunidad que los acusados esperaban. La mujer usó el teléfono del marido para coordinar el ataque.

En un momento clave, cuando el fallecido estaba visiblemente ebrio, la acusada lo llevó a un lugar apartado donde el hombre les esperaba. Allí, bajo el amparo de la oscuridad y a sabiendas del estado de vulnerabilidad de la víctima, llevaron a cabo el brutal ataque, que resultó en graves lesiones que, finalmente, le causaron la muerte días más tarde. La Fiscalía sostiene que el ataque fue premeditado y totalmente desproporcionado, dado que la víctima, en su estado, no tuvo posibilidad de defensa.

La secuencia de eventos muestra cómo, después de cometer el crimen, ambos huyeron en el coche del fallecido, con la intención de eliminar cualquier posible conexión con el asesinato. La mujer, buscando desviar sospechas, encendió su teléfono y le mandó un mensaje a su marido pidiéndole que no regresara tarde a casa, una maniobra que resultó inquietante para la investigación posterior.

Finalmente, el cuerpo de la víctima fue encontrado al día siguiente, con lesiones claras en la cabeza que confirmaban la brutalidad del acto. A pesar de los esfuerzos médicos, no pudo sobrevivir a las heridas. El fiscal destaca que, en el momento de los hechos, ninguno de los implicados presentaba problemas de salud mental que pudieran exigir una consideración atenuante, insinuando que eran plenamente conscientes y responsables de sus actos.