Un nuevo informe del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) ha puesto de manifiesto preocupantes "indicadores compatibles con violencia" en el caso de una adolescente de 15 años de Marchena, Sevilla, quien supuestamente fue víctima de una agresión sexual por parte de un joven de 17 años, amigo de la familia, en su propio hogar durante el verano de 2024.

La madre de la menor ha decidido dirigir un escrito a la Fiscalía de Menores solicitando la reapertura de las diligencias que habían sido cerradas anteriormente, argumentando que han surgido "nuevos elementos probatorios" que podrían reevaluar la gravedad del caso. El abogado de la madre, José Antonio Sires, se está encargando de que se tomen en cuenta estos recientes hallazgos.

En el documento enviado el pasado 10 de junio, se expresa la frustración de la madre por el archivo provisional de la denuncia debido a una supuesta "falta de indicios suficientes de responsabilidad criminal". La defensa sostiene que la decisión de cierre es cuestionable por la carencia de "diligencias prácticas" en la investigación inicial, además de la aparición de nuevos documentos que podrían influir en el caso.

Uno de los elementos clave en esta solicitud es el informe del Programa de Atención Psicológica a Mujeres Adolescentes Víctimas de Violencia de Género, que documenta varias señales de violencia física, psicológica y sexual que la menor pudo haber experimentado, incluyendo agresiones como golpes y empujones por parte de su expareja.

El informe indica que los patrones de violencia que la joven describe son típicos en otros testimonios de mujeres que han padecido violencia de género, por lo que la defensa insiste en la necesidad de realizar una serie de pruebas adicionales. Esto incluye escuchar a los padres de ambos jóvenes involucrados y a una amiga de la víctima que ha declarado que la menor le confesó haber sido "agredida sexualmente por su pareja".

El abogado Sires ha subrayado la gravedad de la situación, enfatizando que la joven agresora tenía acceso fácil a la menor, dado que se conocían previamente. Los supuestos hechos ocurrieron dentro del hogar familiar, un lugar donde la víctima debería sentirse segura. Además, el letrado ha indicado que la familia de la menor ha tenido que abandonar Marchena debido a la tensión generada por la situación con el presunto agresor y su círculo social, añadiendo más dolor al sufrimiento que ya están atravesando.