La Audiencia Provincial de Almería ha dictado una sentencia en la que condena a B.N.A.A. a 20 años de prisión y un día por encargar el asesinato de su marido. El cómplice, D.V.G., recibirá una condena de 16 años de cárcel. El crimen tuvo lugar el 13 de agosto de 2021 en el cortijo de 'Los Cabecicos' de Huércal-Overa (Almería), donde el cuerpo de la víctima fue encontrado con más de una treintena de puñaladas.

La magistrada-presidenta, María Soledad Jiménez de Cisneros, ha condenado a los acusados por un delito de asesinato, con la agravante de parentesco en el caso de la mujer. La sentencia puede ser apelada ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, según fuentes consultadas por Europa Press.

El jurado ha determinado que la mujer contrató al amigo de la familia para asesinar a su marido, debido a que la relación se había deteriorado con los años y sospechaba que él quería divorciarse para casarse con otra persona, posiblemente una de sus hijas de una relación anterior. El día antes del crimen, la acusada quedó con el asesino a sueldo y le ofreció 1.000 euros por matar a su marido, propuesta que él aceptó. Ambos planearon los detalles del asesinato para el día siguiente en el cortijo de la víctima.

La acusada se aseguró de que su marido estuviera solo en el cortijo llamándole por teléfono antes de permitir que el sicario accediera a la vivienda. El jurado tomó en cuenta informes de posicionamiento de teléfonos móviles, registros de llamadas y capturas de imágenes de cámaras de tráfico para fundamentar su veredicto.

El asesino atacó al marido de la acusada el 13 de agosto, apuñalándolo en el pecho, muslo, brazos, cabeza y espalda. Las heridas fueron tan graves que provocaron su muerte en poco tiempo. El jurado descartó la versión de la mujer, según la cual el asesino solo tenía la intención de asustar a la víctima. Según la sentencia, había una intención clara de matar.

Además de la condena por asesinato, se ha constatado que hubo un pacto para el pago de 1.000 euros, aunque la acusada intentó justificarlo diciendo que era para la gasolina. La sentencia también destaca la falta de atenuantes en el caso, a pesar de que la mujer confesó los hechos ante la Guardia Civil 19 días después del crimen. De hecho, omitió mencionar el teléfono que utilizaba para comunicarse con el asesino a sueldo, lo que dificultó la investigación policial. Por estos motivos, no se tuvo en cuenta la atenuante de anomalia psíquica ni la existencia de estímulos externos que hubieran llevado a la acusada a cometer el crimen.