MADRID, 17 Nov. — Este lunes, un grupo de nueve obispos de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española (CEE) sostuvo una conversación con el Papa León XIV en el Vaticano centrada en un tema delicado: la investigación en curso contra el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, quien es sospechoso de posibles abusos sexuales. Durante esta reunión, se mencionó que el Papa podría estar considerando aceptar la renuncia de Zornoza en un futuro cercano.

El presidente de la CEE, Luis Argüello, explicó a los medios que, aunque no hubo una comunicación directa del Santo Padre al respecto, se les hizo saber en otros círculos que la renuncia del obispo podría ser discutida pronto. Sin embargo, Argüello subrayó que no se proporcionaron detalles específicos sobre el proceso o calendario de dicha aceptación.

En sus declaraciones, Argüello destacó que el caso de Zornoza se encuentra actualmente en "una fase de investigación" y reafirmó la importancia de los derechos de las víctimas, así como el principio de presunción de inocencia. También señaló que el proceso ha estado abierto durante 15 días, lo que aún sugiere que se está recabando información relevante.

El presidente de la CEE enfatizó que su interlocutor, el Papa, está al tanto de la situación, pero no ofreció más comentarios al respecto y se centró en escuchar lo que los obispos tenían que compartir. Argüello también abordó el enfoque proactivo de la iglesia española en la prevención de abusos y en la atención a las víctimas, destacando el plan "PRIVA", que ha permitido establecer una comisión dedicada a la reparación y ayuda a quienes han sufrido estos delitos.

En este contexto, Argüello aseguró que la Santa Sede ha mostrado su apoyo a este enfoque de reparación, implementado hace más de un año, especialmente dirigido a casos que ya no pueden ser procesados legalmente o donde los acusados han fallecido. Este progreso ha sido corroborado por un informe favorable de la comisión de tutela de menores de la Santa Sede, lo que representa un avance significativo en la lucha contra los abusos dentro de la Iglesia.

Además, durante la conversación, los obispos expresaron su "esperanza" por una posible visita del Papa a España en un futuro próximo. Propusieron diversas opciones de itinerario, incluidas visitas a Canarias en el marco de la crisis migratoria, así como a Barcelona, donde se celebra la finalización de la Sagrada Familia o la posible beatificación de Antonio Gaudí.

Argüello insistió en que es fundamental que el Papa tenga la oportunidad de conocer tanto la España urbana como la rural. Recalcaron que, aunque tienen muchas ideas sobre las posibles visitas, al final es la Santa Sede quien otorga las confirmaciones necesarias para estos viajes.

Durante la reunión, el Papa también mostró interés por un resurgir de la espiritualidad en ciertos sectores de la población española, especialmente entre la juventud, quienes cada vez están más en contacto con la fe cristiana, a pesar de que, sociológicamente, se encuentran distantes de la vida eclesiástica tradicional. Este fenómeno fue confirmado por los obispos, que señalaron que el número de seminaristas ha crecido considerablemente en el último año.

Argüello compartió que el foco de la conversación con el Papa fue la evangelización en una España que está superando su secularización previa y adentrándose en un contexto post-secular. La discusión también abarcó temas como la distribución de la población, la llegada de migrantes, y el lugar de los laicos en la vida pública, así como la situación de los religiosos, algo que es de gran relevancia en un país con una rica herencia monástica, pero que enfrenta desafíos contemporáneos.

Antes de su encuentro con el Papa, los obispos españoles se reunieron con el cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado del Vaticano, donde intercambiaron impresiones sobre recientes encuentros de Parolín con altos funcionarios del gobierno español, incluyendo al ministro de Justicia y al presidente Pedro Sánchez, en el contexto de las discusiones sobre la COP.

Finalmente, durante su visita, los obispos obsequiaron al Papa una Biblia encuadernada con la traducción oficial de la CEE, así como revistas dedicadas a él y un donativo para las obras de caridad del Pontífice, simbolizando así su compromiso con la labor misionera y social de la Iglesia.