Sentenciado a tres años y siete meses de prisión por el atropello mortal de una bebé en Castilblanco, Sevilla.
En un trágico veredicto que resuena profundamente en la comunidad, la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla ha impuesto una condena de tres años, siete meses y quince días de prisión a José Manuel V.V., conocido como "el Vara". Este fallo se produce en el contexto de un caso alarmante que involucra la conducción temeraria bajo los efectos de sustancias psicoactivas, como la cocaína y el tetrahidrocannabinol, lo que resultó en el atropello fatal de una madre y su bebé de once meses en Castilblanco de los Arroyos. La Fiscalía había solicitado previamente una pena de nueve años por estos actos, destacando la gravedad de la situación.
La sentencia del tribunal sigue el hilo de un fallo decisivo que considera a José Manuel V.V. culpable de homicidio por imprudencia grave y lesiones por imprudencia grave, en conexión con un delito contra la seguridad vial. Sin embargo, la corte aplica atenuantes, incluida la confesión del acusado, estipulando una pena de tres años y dos meses, y una privación del permiso de conducir vehículos a motor o ciclomotores por un periodo de cuatro años y ocho meses.
Además, el tribunal abordó el delito de abandono del lugar del accidente, condenando al acusado a cinco meses y quince días de cárcel, con la privación del permiso de conducir por once meses. Los magistrados sostuvieron que, a pesar de las atenuantes mencionadas, la conducta del acusado —que ni siquiera intentó ayudar a las víctimas— merecía una penalización que se acercara al límite máximo legal establecido.
Durante el proceso judicial, el acusado reconoció su culpabilidad y la negligencia mostrada, aunque negó estar bajo la influencia de drogas o haber conducido a alta velocidad. Afirmó que no había visto a la madre cruzando el paso de peatones con su carrito de bebé y que su evasión del lugar se debía al temor a represalias por el incidente. En una contradicción irónica, el acusado expresó su angustia al reflexionar sobre cómo actuaría si estuviera en la situación de la madre atropellada, alegando arrepentimiento.
La Audiencia ha confirmado que el accidente ocurrió alrededor de las 3:30 p.m. del 23 de noviembre de 2020, cuando el acusado conducía su vehículo después de haber consumido drogas que impactaron severamente sus capacidades. Al aproximarse a un paso de peatones bien señalizado, el acusado collisionó contra la mujer y su bebé, quienes intentaban cruzar la calle. El impacto fue devastador, resultando en la muerte trágica de la menor y lesiones para su madre.
El tribunal subraya que, aunque el acusado se dio a la fuga, la mujer y su bebé recibieron asistencia inmediata de un conductor que presenció el accidente y las trasladó a un centro médico. Lamentablemente, la bebé no sobrevivió, mientras que la madre sufrió diversas heridas en el incidente.
Una hora y media después del atropello, el acusado, a través de su padre, notificó al Centro de Emergencias 112 que él había sido responsable del incidente y que se encontraba en su casa. Los agentes de la Guardia Civil acudieron al lugar, donde el acusado admitió su culpabilidad y señaló dónde se encontraba su vehículo, confirmando nuevamente su responsabilidad tanto en la declaración inicial como durante el juicio.
Tras el accidente, se le realizó un test de drogas, arrojando un resultado positivo. Aunque el acusado alegó que había consumido sustancias la noche anterior, fue evidente que su estado había afectado su conducción. La Audiencia, al evaluar los hechos, consideró esencial que el acusado asumiera su responsabilidad por las consecuencias devastadoras de su acción, que causaron la muerte de una menor y lesiones a su madre, en el marco de un caso que ha impactado sensiblemente a la comunidad.
De acuerdo con el tribunal, la naturaleza de los delitos de homicidio por imprudencia grave y lesiones por imprudencia grave fueron el centro del debate legal, considerando las perspectivas de la Fiscalía, la defensa y la acusación particular. La corte validó la calificación de los delitos, fundamentándose en las pruebas presentadas durante el juicio, lo que incluye el testimonio del propio acusado y la madre de la afectada, así como otros testigos y agentes de la ley involucrados en la investigación.
Los magistrados revisaron la jurisprudencia pertinente y clasificaron adecuadamente los delitos, concluyendo que las lesiones causadas no cumplían con los criterios necesarios para clasificar el caso con penas más severas. Al final, la decisión del tribunal refuerza la importancia de la responsabilidad personal en la conducción y la necesidad de mantener altos estándares de seguridad en nuestras calles, a la vez que permite que la comunidad reflexione sobre el impacto de tales acciones irrevocables.
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