En Zahara de los Atunes, una localidad de la costa gaditana, la comunidad ha respondido de manera ejemplar ante la crisis provocada por un incendio en la Sierra de la Plata en Tarifa, que obligó a evacuar a numerosas personas de sus hogares y alojamientos. Este gesto de unidad se ha manifestado en un ambiente de nerviosismo e incertidumbre, donde la solidaridad ha convertido la tragedia en un ejemplo de humanidad.

Pilar Solís, portavoz de Cruz Roja en Cádiz, destacó el compromiso del pueblo de Zahara al ayudar a los evacuados en el CEIP Miguel de Cervantes, que se transformó en un refugio temporal para aquellos que huyeron del fuego. "La respuesta de Zahara ha sido asombrosa", comentó a Europa Press mientras coordinaba la asistencia a los afectados.

La ola de solidaridad ha sido evidente, con numerosos vecinos abriendo las puertas de sus hogares para acoger a los evacuados y otros que han estado donando alimentos y agua. Una joven turista, por ejemplo, se dedicó a repartir desayunos y bebidas, y un empleado del campo de fútbol local, que se vio afectado por el incidente, también se unió a los esfuerzos de ayuda.

Solís hizo énfasis en el espíritu comunitario que ha predominado durante esta emergencia. El CEIP Miguel de Cervantes acogió a más de 300 evacuados, mientras que la iglesia del Carmen sirvió como otro refugio, albergando a más de 100 personas, a pesar de que por la mañana ya no quedaba nadie allí, como constató el consejero de Presidencia, Antonio Sanz.

Entre los evacuados no solo se encontraban turistas, sino también residentes de segunda vivienda en Atlanterra que observaron con preocupación cómo el fuego amenazaba sus propiedades. El miedo a perder lo que tenían era palpable, especialmente ante un panorama incierto, ya que el fuerte viento dificultaba el control de las llamas, según lo mencionado por Solís.

A pesar de la angustia por la situación, los evacuados pasaron la noche de manera relativamente tranquila. Para este martes, se han dado instrucciones para que una gran parte pueda regresar, aunque Cruz Roja no pudo confirmar cuántos de los albergaos eran parte de los más de 700 que podían regresar, dado que muchos decidieron salir a disfrutar de la playa o conocer el pueblo.

Solís también describió a las personas asistidas como un grupo diverso: "Hay familias, ancianos, niños y grupos de amigos, muchos de ellos turistas". La escena recordaba a un típico verano en Zahara, pero concentrado en el patio de un colegio.

Durante la noche, Cruz Roja atendió a 470 personas en los espacios habilitados, proporcionando 870 mantas. Para facilitar la labor, la organización había dispuesto de un equipo de siete vehículos, incluyendo camiones y todoterrenos, listos para asistir a los evacuados.

Este martes, tras permitir que algunos desalojados regresaran a sus casas, Cruz Roja continúa su labor, especialmente ayudando a las personas con movilidad reducida. Con las altas temperaturas, la organización ha ofrecido consejos prácticos para quienes se dirigen a pie de vuelta a sus hogares, sugiriendo que lleven agua, usen gorros para protegerse del sol y opten por recorrer la costa en lugar de caminar por el asfalto caliente.