24h Andalucía.

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Capturada una mujer por extorsionar a más de 300 hombres utilizando imágenes generadas por IA en Málaga.

Capturada una mujer por extorsionar a más de 300 hombres utilizando imágenes generadas por IA en Málaga.

En una inquietante operación que expone las peligrosas dinámicas de la sextorsión en la era digital, la Policía Nacional ha realizado una detención significativa en Azkoitia, Guipúzcoa. Una mujer de 26 años ha sido arrestada bajo la sospecha de haber llevado a cabo nada menos que 311 casos de extorsión a hombres a través de Internet, lo que demuestra la creciente sofisticación con la que estos delitos se pueden perpetrar desde la comodidad del hogar. Las investigaciones comenzaron en Málaga, donde se presentaron las primeras denuncias que encendieron las alarmas sobre esta modalidad de ciberdelito.

La sospechosa, que operaba sola, empleaba recursos mínimos pero efectivamente ingeniosos: un smartphone, una aplicación de edición fotográfica y un dispositivo de iluminación para selfies. Con estas herramientas, logró crear un perfil ficticio en redes sociales, presentándose con un cuerpo idealizado, todo ello facilitado por tecnología de Inteligencia Artificial que le permitía distorsionar su imagen real. A través de esta fachada, atraía a sus víctimas, ganándose su confianza antes de solicitarles imágenes de naturaleza íntima.

Una vez en posesión de estas imágenes comprometedoras, la mujer amenazaba a sus víctimas con compartir el contenido con sus familiares y amigos a menos que se realizara un pago a través de transferencias bancarias. Aunque los datos recabados por las autoridades estiman que se ha logrado identificar a al menos tres cientos hombres afectados, la realidad puede ser aún más alarmante. Muchos de ellos no han presentado denuncia, ya sea por vergüenza o miedo a las repercusiones sociales de sus acciones.

La operación, conocida como 'Curvas', se llevó a cabo en colaboración entre las unidades de cibercriminalidad de la Comisaría Provincial de Málaga y la Brigada Provincial de Policía Judicial en San Sebastián. Las investigaciones se iniciaron tras la recepción de las primeras denuncias en estas ciudades, donde conocieron de un patrón común que guiaba a un mismo perfil denunciado: el de la extorsionadora en cuestión. Esta así llamada 'gancho' digital había acumulado más de 13,000 seguidores en su cuenta de la red social, lo que sugiere una meticulosa estrategia para atraer a hombres vulnerables.

Los testimonios de quienes denunciaron revelaron que el contacto con la presunta extorsionadora se había mantenido por un periodo considerable, lo que elevó las sospechas sobre la constancia de su actividad delictiva. La investigación avanzó conforme se seguía el rastro del dinero, así como el análisis de los perfiles de las redes sociales, lo que facilitó la identificación de la mujer que estaba detrás de este complejo esquema de sextorsión.

Al llegar al domicilio de la identificada, las autoridades quedaron sorprendidas al no encontrar los sofisticados equipos informáticos que uno podría imaginar en el hogar de un cibercriminal. Más bien, hallaron un smartphone con diversas aplicaciones de retoque gráfico y un trípode para grabaciones. Un primer análisis del dispositivo permitió descubrir las cuentas que utilizaba para establecer contacto con sus víctimas, confirmando así su implicación en los delitos.

Los investigadores procedieron a un volcado de datos del teléfono desmantelado, analizando 3,500 conversaciones a través de distintas aplicaciones de mensajería y redes sociales. Este análisis reveló una evolución en el modus operandi de la detenida, desde sus inicios en la búsqueda de clientes a los que engañaba haciéndose pasar por prostituta, hasta la creación de canales privados de connotación sexual, donde continuaba estafando a sus 'seguidores'.

Con el tiempo, la mujer centró su estrategia en la sextorsión, donde lograba establecer una conexión emocional con sus víctimas antes de solicitarles que compartieran contenido personal. Utilizando su imaginación como herramienta de coerción, amenazaba a los hombres con difundir este material privado, llevándolos a un estado de pánico que los obligaba a ceder a sus demandas.

Por otro lado, las autoridades no han dejado de lado el aspecto financiero del caso. Durante una investigación adicional sobre las cuentas que utilizaba la sospechosa, se descubrió que había acumulado la impresionante suma de 16,300 euros en un periodo de ocho meses, producto de su negocio ilícito. Este caso no solo pone de manifiesto la vulnerabilidad de los hombres en el entorno digital, sino que también plantea interrogantes sobre la manera en que la tecnología puede ser utilizada para manipular y extorsionar a otros.