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El Ayuntamiento de Sevilla desmantela el ficus de San Jacinto tras tres años desde su primera intervención.

El Ayuntamiento de Sevilla desmantela el ficus de San Jacinto tras tres años desde su primera intervención.

SEVILLA, 7 de agosto. El departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla ha llevado a cabo la eliminación definitiva del ficus ubicado en la parroquia de San Jacinto, en el popular barrio de Triana. Esta medida se toma tres años después de que el árbol fuera inicialmente talado, acción que fue interrumpida por un fallo judicial. La funcionaria Evelia Rincón ha afirmado sobre el árbol: "Era evidente que su recuperación era inviable ya que se encontraba en un estado crítico desde agosto de 2022".

Rincón, quien ocupa el cargo de delegada responsable en esta área, comunicó a Europa Press que, a pesar de los esfuerzos realizados en los meses anteriores para mantener el árbol, este ya estaba muerto y su situación solo se había agravado. "No existía posibilidad de recuperación", aseveró, enfatizando la extensa recientes labores de mantenimiento.

Durante la ejecución de la tala final, miembros de una plataforma ciudadana en defensa del ficus recordaron su lucha y solicitaron una moratoria al Ayuntamiento, propuesta que fue considerada y cumplida según indicó Rincón, quien admitió que el estado del árbol era más crítico de lo previsto. Como símbolo del compromiso ambiental y del esfuerzo ciudadano, el Ayuntamiento planea dejar un segmento del tronco del ficus.

Respecto a lo que se colocará en el lugar del ficus, Evelia Rincón mencionó que se esperará a evaluar la base del árbol antes de decidir la mejor opción. Un informe del Servicio de Parques y Jardines, emitido en septiembre de 2024, ya declaraba el "colapso final" del árbol como consecuencia de la intervención de 2022, sugiriendo la eliminación del ejemplar muerto y la plantación de un nuevo árbol que reemplace sus beneficios ecológicos y paisajísticos.

El párroco había justificado la necesidad de talar el ficus planteando preocupaciones de seguridad debido a la caída de ramas sobre la vía pública y el elevado coste de su mantenimiento. Estos aspectos fueron tratados en un convenio entre la Orden de los Dominicos, que gestiona la parroquia, y el Ayuntamiento.

El informe técnico elaborado por Parques y Jardines concluyó que el árbol no tenía opción de recuperación, listando varios factores que llevaron a su debilitamiento, incluyendo la eliminación completa de su masa foliar y la exposición de su corteza a condiciones climáticas extremas, lo que facilitó la aparición de hongos perjudiciales.

La propuesta del informe incluía eliminar el árbol muerto y plantar un nuevo ejemplar que pudiera ofrecer beneficios ambientales y estéticos sin generar conflictos entre la población y el espacio público.

A pesar de la determinación del Ayuntamiento, los defensores del ficus abogaron por explorar todas las vías para salvarlo y, en caso de su muerte, conservar su tronco como un testimonio de la lucha por el respeto al medio ambiente y la importancia del arbolado urbano.

En agosto de 2022, se inició la tala del ficus bajo la autorización del Ayuntamiento, aduciendo el párroco la amenaza que representaba debido a las repetidas caídas de ramas, incidentes que habían causado lesiones a personas en 2021. Sin embargo, la gestión falto a las expectativas de muchos vecinos que acusaron un "ataque imperdonable" al patrimonio arbóreo de Sevilla, defendiendo la herencia cultural que representaba el ficus y exigiendo alternativas.

La tala se detuvo temporalmente tras un recurso judicial presentado por la Asociación de la Jardinería Andaluza. Posteriormente, y tras negociaciones entre las partes, se decidió suspender el litigio para buscar un acuerdo. En abril de 2023, el Ayuntamiento aprobó una subvención para investigar las posibilidades de conservación del ficus sin poner en riesgo la seguridad del templo.

En agosto de 2023, el nuevo alcalde, José Luis Sanz, anunció un convenio entre el Ayuntamiento y la Orden de Predicadores que garantizaría el mantenimiento del ficus bajo la competencia municipal, desistiendo de la licencia para su talado. Este acuerdo también permitió que el jardín de la iglesia se transformara en un nuevo espacio público, además de haber revocado la decisión del Ayuntamiento de financiar el estudio científico inicialmente propuesto.