24h Andalucía.

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La Junta aboga por la agricultura andaluza como modelo social y exige reglas equitativas para todos.

La Junta aboga por la agricultura andaluza como modelo social y exige reglas equitativas para todos.

En Sevilla, el pasado 25 de noviembre, el consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, subrayó la importancia de la agricultura andaluza en un encuentro que se trató de la sostenibilidad rural. Este evento forma parte de la cuarta edición del foro 'Andalucía hacia el futuro', organizado por Europa Press junto a la Fundación Cajasol. En su intervención, Fernández-Pacheco defendió la visión de una agricultura que no solo es productiva, sino también socialmente responsable, señalando que los agricultores de la región han estado invirtiendo de manera significativa en la sostenibilidad de sus prácticas por un prolongado periodo de tiempo.

El consejero destacó un dato relevante: el 30% de la superficie cultiva en Andalucía se destina a la producción ecológica, superando así el objetivo europeo del 25% para 2027. "Andalucía se posiciona como líder en este ámbito dentro de España, mostrando un crecimiento notable en la producción agrícola ecológica", remarcó. Además, apuntó a que la región está a la vanguardia en prácticas de producción integrada, uso eficiente del agua, conservación del suelo y gestión de insumos agrícolas.

En el contexto de estas proyecciones alentadoras, el consejero promovió la idea de implementar "cláusulas espejo", sugiriendo que es fundamental establecer un marco de competencia equitativo para todos los actores del sector. "Si todos competimos, que lo hagamos en igualdad de condiciones", argumentó, reforzando la necesidad de un entorno justo que beneficie a los agricultores andaluces.

En lo que respecta a la gestión del agua, Fernández-Pacheco recordó su participación en la reciente Cumbre del Clima celebrada en Azerbaiyán. Destacó el compromiso de la Junta de Andalucía al presentar la primera estrategia para el uso de aguas no convencionales en la región. Esta iniciativa, junto con el Plan Parra, implica una inversión de 50 millones de euros destinados a asegurar que el agua regenerada llegue a las comunidades de regantes y, por ende, a los agricultores locales, un paso que califica de "auténtica revolución".

“La clave de nuestro éxito radica en el inconformismo. Nos enorgullecemos de nuestros logros, pero aspiramos a más", sostuvo Fernández-Pacheco, subrayando un objetivo concreto de alcanzar 180 hectómetros cúbicos de agua regenerada para 2027, además de establecer un objetivo similar para el agua desalada. "El agua es un recurso esencial para el sector primario y nuestros planes son ambiciosos", afirmó.

En el panel de discusión, Ada Bernal, directora de Relaciones Institucionales de Heineken España, resaltó la larga trayectoria de la empresa en Andalucía, que se extiende a más de 120 años. "Nos sentimos orgullosos de contribuir a la economía andaluza y de colaborar en iniciativas de sostenibilidad", expresó, enfatizando la necesidad de que las industrias adopten compromisos a lo largo de toda la cadena de valor, desde los productores agrícolas hasta los consumidores finales.

Bernal subrayó el papel crucial que juega el agua en la producción de cerveza, declarando que es el ingrediente fundamental que deben proteger y gestionar adecuadamente. "Nuestra estrategia se basa en un uso responsable y eficiente del agua, así como en la gestión de aguas residuales con la mayor circularidad posible", matizó, indicando que la seguridad hídrica es un elemento vital en su cadena de suministro.

Tras resaltar la relevancia del compromiso del Gobierno andaluz en la reciente Cumbre del Clima, Bernal enfatizó que "la industria debe ser la mayor aliada de la administración pública en la labor de promover la sostenibilidad y adaptarse a los desafíos del cambio climático". Agregó que las empresas grandes tienen la responsabilidad de actuar como tractores que guíen a las más pequeñas hacia un futuro más responsable.

Añadiendo un contexto económico, Ricardo Serra, presidente de Asaja en Andalucía, inició su intervención destacando que "los agricultores no pueden ser verdes si sus cuentas están en rojo". Subrayó la interconexión entre el mundo rural y la agricultura, afirmando que la despoblación rural es un fenómeno que ocurre cuando la agricultura no es viable. A su juicio, para revitalizar y mantener los núcleos rurales, el potenciar la capacidad de producción de Andalucía es fundamental.

Serra también abordó la urgencia de resolver el problema del relevo generacional en el ámbito agrícola, identificando que la falta de perspectivas en el campo está impulsando la migración de jóvenes a las ciudades. Señaló la "extraordinaria capacidad de producción" de la región y la importancia del agua como recurso vital. No obstante, admitió que resulta incómodo, pero necesario, evaluar aspectos de la regulación laboral, ya que es difícil encontrar trabajadores dispuestos a laborar en el campo.

El presidente de Asaja subrayó también los ineficientes procesos para la gestión de embalses y aseveró que los agricultores no han recibido lo que originalmente se les prometió en relación a los recursos hídricos. "La lentitud de los trámites es desesperante y debe ser transformada", instó, reflejando la frustración del sector ante la burocracia.

Por último, Fernández-Pacheco reiteró la necesidad de entender que la ecología y la agricultura no son fuerzas opuestas, sino que pueden coexistir de manera armónica. "Esta relación debe ser comprendida tanto por la administración europea como por los agricultores para garantizar la sostenibilidad del sistema", concluyó el consejero, cerrando así un debate crítico sobre el futuro del sector agrario en Andalucía.

Al final de este intercambio de ideas, el consejero hizo un llamado a la adaptación del sector agrícola a un nuevo paradigma más tecnológico e innovador, asegurando que para atraer a las nuevas generaciones es esencial que la agricultura sea rentable y atractiva. Recordó que la Junta ha destinado 130 millones de euros para facilitar el relevo generacional en las explotaciones agrícolas, alineando el desarrollo del sector con las expectativas de las nuevas generaciones.