Un tribunal en Sevilla ha tomado una decisión controvertida al absolver a un hombre de los cargos de agresión sexual y exhibicionismo relacionados con su sobrina política menor de edad. Este fallo ha sido recibido con preocupación por parte de defensores de los derechos de los niños, quienes subrayan la importancia del testimonio de la víctima en casos de esta naturaleza.
La Audiencia de Sevilla justificó su veredicto en la falta de "corroboraciones externas objetivas". El testimonio de la niña se sustentó principalmente en la reiteración de sus declaraciones por parte de sus padres, quienes previamente habían denunciado al acusado por un incidente similar. Sin embargo, en aquel momento, la menor se retractó de su declaración inicial y acusó a otro niño, lo que ha sido interpretado por el tribunal como una posible indicación de desavenencias familiares.
El caso se originó entre 2016 y 2017, cuando el acusado vivía con su esposa e hijo en un edificio en Sevilla. La niña, que visitaba frecuentemente al acusado para jugar con su primo, fue vista en una situación comprometedora por su padre, quien la encontró con el torso desnudo en la azotea. Sin embargo, el tribunal encontró que no existían pruebas concluyentes que confirmaran los alegatos de conductas inapropiadas, como el abuso físico o sexual durante las visitas de la menor.
La decisión del tribunal, emitida el 4 de marzo, se basa en la insuficiencia de pruebas presentadas por la acusación. Aunque el testimonio de la niña fue interpretado como consistente y sin razones aparentes para cuestionar su veracidad, la historia anterior de denuncia y retractación generó dudas que no podrían ignorarse. La ausencia de evidencias objetivas que respaldaran su testimonio resultó determinante para la absolución.
El tribunal destacó que la única base para la acusación era la declaración de la menor y el informe de una asociación especializada, pero esos elementos no cumplieron con el estándar necesario para condenar a alguien, particularmente en un caso donde se exige una certeza más allá de la duda razonable. Además, el primo de la menor, que estuvo presente durante las situaciones descritas, negó rotundamente cualquier comportamiento inapropiado por parte del acusado.
Esta sentencia plantea un debate importante sobre la forma en que se manejan las acusaciones de abuso en entornos familiares, así como el delicado equilibrio entre la protección de las víctimas y los derechos de los acusados. La decisión ha sido criticada por quienes creen que debería prestarse mayor atención a las voces de las víctimas y la creación de un entorno seguro para que puedan expresar sus angustias sin temor a la desconfianza o la duda.
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