La cohesión o la división dentro de la izquierda alternativa en Andalucía se ha convertido en un factor crucial que definirá las próximas elecciones autonómicas de la región, un proceso ya marcado por una creciente tensión entre Izquierda Unida (IU) y Podemos.
La historia reciente, que incluye el distanciamiento entre Sumar y Podemos en las elecciones del año pasado, ha evidenciado una evidente fragmentación y la exigencia de unidad se hace más palpable. IU ha presentado una propuesta para llevar a cabo primarias conjuntas, con el objetivo de consolidar una coalición amplia que pueda hacer frente al PSOE en una línea similar a la de ‘Por Andalucía’.
Por su parte, la dirección estatal de Podemos ha dejado claro que, en términos de alianzas, deberán decidir si quieren alinearse con IU o continuar apoyando al Gobierno actual. Movimiento Sumar, por su parte, ha manifestado su interés en la unidad, aunque su estrategia dependerá de las decisiones que tomen las formaciones en Andalucía, buscando replicar el éxito de la candidatura liderada por Yolanda Díaz en las generales del 23J.
Las organizaciones nacionales de estas formaciones mantienen una mirada atenta a lo que suceda en Andalucía, reconociendo que las decisiones en esta comunidad pueden repercutir significativamente en el panorama político estatal. Según fuentes cercanas a Sumar, el clima actual de negociaciones es crucial y podría ser una base sólida para generar una unidad que trascienda lo local.
IU ha reiterado su propuesta de primarias conjuntas y espera tener claro, antes de junio, qué fuerzas están dispuestas a unirse para los comicios. Si se logra un consenso, se plantearía elegir candidatos en septiembre y comenzar la precampaña electoral, buscando evitar los problemas que surgieron con la coalición ‘Por Andalucía’ en las anteriores elecciones.
El deseo del partido es proporcionar confianza a su electorado y evitar la incertidumbre que caracterizó su registro anterior, donde Podemos y Alianza Verde quedaron fuera de la coalición a causa de quiebras en la negociación. Según sus representantes, es vital dar estabilidad al proyecto conjunto y no permitir que conflictos internos sigan generando ruido.
Sin embargo, desde la dirección estatal de Podemos, se ha relativizado esta posibilidad. Ione Belarra, su líder, ha afirmado que el partido mantiene su postura crítica hacia el aumento del gasto militar y que la cuestión de las alianzas debe ser abordada con claridad, sugiriendo que las fuerzas del Gobierno deben decidir su lugar: con ellos o con un Gobierno “bélico”.
La ausencia de Irene Montero, número dos de Podemos, en un reciente homenaje a Julio Anguita en Córdoba, donde iba a estar con IU, ha dejado un vacío simbólico que no ha pasado desapercibido. Montero justificó su falta argumentando que Podemos se sitúa firmemente en la búsqueda de la paz, contrastando con la política de “guerra” a la que acusa al actual Gobierno.
La falta de presencia conjunta ha causado malestar en IU, que veía valor en la imagen de unidad. Enrique Santiago, portavoz de IU, sugirió que la ausencia de Montero es producto de “cálculos políticos”, afirmando que no tienen que demostrar nada a Podemos en términos de pacifismo. Antonio Maíllo, de IU, buscó subrayar la importancia de la unidad en lugar de la fragmentación.
Desde IU, se expresa la necesidad de actuar con responsabilidad en Andalucía, especialmente en un contexto donde se prevé un crecimiento. Sin embargo, algunos en la dirección estatal de Podemos temen que la cúpula de IU intente tensar la situación, dado su apoyo a la confluencia.
Además, se argumenta que Podemos ya forma parte del espacio ‘Por Andalucía’, donde la convivencia ha mejorado tras complicaciones anteriores en la negociación. Por lo tanto, la presión recae sobre ellos para que expliquen su decisión de distanciarse de un espacio unitario mientras favorecen una dinámica rupturista.
Por su parte, Podemos asegura que su enfoque es coherente y crítica con el Gobierno, sugiriendo que su oposición al presidente Pedro Sánchez les dificulta alinearse con partidos del propio Gobierno. Desde su dirección se reafirma que, por ahora, no hay una decisión clara sobre coaliciones.
Desde que se produjo la separación entre Sumar y Podemos, ambas fuerzas han competido de manera independiente en el reciente ciclo electoral de 2024, con discusiones de colaboración que no prosperaron para las elecciones autonómicas. En Galicia y el País Vasco, ambas llegaron a presentarse por separado, lo que resultó en decepcionantes resultados para ambos lados.
Además, en Cataluña, la falta de convergencia fue evidente, puesto que Sumar decidió asociarse con los ‘Comunes’, que sufrieron pérdidas en su apoyo electoral. Al mismo tiempo, Podemos optó por no participar en los comicios, apelando a la responsabilidad de no fragmentar aún más el panorama de la izquierda.
Las elecciones europeas resultaron ser un nuevo escenario donde se midieron Sumar y Podemos. Mientras que Podemos, bajo la dirección de Montero, logró alcanzar dos escaños, Sumar se quedó con tres, aunque esto fue menos de lo esperado, llevando a la renuncia de Yolanda Díaz como coordinadora general.
Pese a que Podemos sostiene un crecimiento paulatino en su apoyo electoral, Sumar enfrenta un descenso. Recientes encuestas del CIS apuntan que Podemos ha alcanzado un 4,3% de intención de voto, lo que los coloca cerca de Sumar, que se sitúa en un 6,1%.
En las últimas elecciones autonómicas, sin embargo, Podemos e IU colaboraron en diez comunidades, además de formar parte de la coalición Contigo Navarra. Recientemente, la consejera autonómica de Podemos, Begoña Alfaro, anunció que no se presentará de nuevo, desmarcándose de la línea defendida por la dirección estatal, que exige un mínimo del 50% de representación morada en dicha coalición.
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