El Gobierno desestima reportes sobre problemas en hoteles de Almería que albergan a migrantes canarios.
ALMERÍA, 27 de mayo.
El subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín, ha afirmado este martes que no existen incidentes relevantes en los alojamientos para migrantes que llegan desde Canarias y son administrados por diversas ONG en la provincia. Solo se ha registrado un episodio específico, ocurrido la semana pasada en el Hotel Andarax de Aguadulce, donde un usuario fue detenido por altercados y desobediencia.
Martín insistió en que "no se puede extrapolar un solo incidente a una situación generalizada", señalando que algunos podrían estar intentando amplificar este "pequeño suceso" por motivos "interesados".
El subdelegado explicó que este contratiempo, que llevó a dos agentes de la Guardia Civil a resguardarse en una habitación del hotel, se solventó "sin consecuencias graves" y de manera "adecuada". Según su versión, el episodio se resolvió de forma pacífica y no hay más comentarios al respecto.
No obstante, Martín reconoció que sí se llevó a cabo una detención en el "dispositivo de emergencia" donde residen unas 200 personas, la mayoría de las cuales han solicitado protección internacional y buscan asilo.
Los eventos, que fueron reportados inicialmente por el 'Diario de Almería', ocurrieron poco antes de las 14:00 horas del miércoles 21 de mayo, cuando la Guardia Civil recibió un aviso sobre conflictos dentro del Hotel Andarax, que es gestionado por la entidad Accem desde principios de año.
El director del programa de protección de migrantes informó a los agentes que un usuario se encontraba "muy alterado" debido a una orden de expulsión, ya que debía ser trasladado a un centro en la capital. Esta situación le llevó a amenazar a trabajadores sociales y causar disturbios junto con otros compatriotas.
Los agentes intentaron que el afectado recogiera su equipaje y abandonara el hotel, pero el individuo se negó a acatar las órdenes, lo que provocó que otros usuarios del establecimiento comenzaran a increpar y amenazar a los agentes, quienes se vieron forzados a refugiarse en una habitación y solicitar refuerzos.
La llegada de los refuerzos permitió la detención del individuo, quien fue conducido a las dependencias policiales por su comportamiento desordenado y su negativa a colaborar con los agentes.
A su vez, otros residentes del hotel causaron daños en las instalaciones, rompiendo papeleras y golpeando puertas, lo que obligó a las patrullas a permanecer en el lugar para salvaguardar la seguridad del personal del hotel.
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