La Audiencia de Sevilla ha condenado a un hombre de nacionalidad cubana a siete meses y medio de cárcel por un delito de agresión sexual en grado de tentativa. El hombre asaltó a una mujer en el ascensor de un bloque de viviendas, agarrándola de las muñecas y estampándola contra el cristal con la intención de besarla, pero la propia víctima consiguió impedir el ataque.

Los hechos tuvieron lugar el 31 de enero de 2022, cuando Carlos E.H.O., de entonces 31 años de edad, accedió a un portal en el que abordó a la mujer. Tras preguntarle si estaba sola, la agarró de las muñecas y la estampó contra el cristal del ascensor. La víctima logró esquivar al agresor y lo expulsó del ascensor, pudiendo subir a su planta mientras el agresor se marchaba.

La Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla ha calificado los hechos como un delito de agresión sexual en grado de tentativa y ha tenido en cuenta en su fallo la Ley Orgánica 10/2022 de garantía integral de la libertad sexual, conocida como ley del "sólo sí es sí". El tribunal ha precisado que la anterior ley castigaba la agresión sexual con pena de uno a cinco años de prisión, sin alternativa alguna, mientras que la ley actual castiga este delito con pena de uno a cuatro años de prisión, con la posibilidad de imponer una pena inferior en atención a la entidad del hecho y a las circunstancias del culpable.

La sentencia destaca que "se requiere cualquier acto de contenido o significación sexual: tocamientos, contactos corporales de variada índole, que puedan despertar la sexualidad ajena, siendo indiferente el sexo tanto del sujeto activo como del pasivo; y que se realicen por encima o debajo de la ropa de la víctima".

El acusado ha sido condenado a siete meses y medio de prisión por un delito de agresión sexual en grado de tentativa, tres años de libertad vigilada postpenitenciaria, tres años de prohibición de acercarse a la víctima o comunicarse con ella y tres años, siete meses y 15 días de inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades que conlleve contacto regular y directo con personas menores de edad.