En Almería, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ratificado la condena a una mujer acusada de retener a otra mujer en un cortijo durante dos meses para obligarla a ejercer la prostitución. La víctima, en una situación económica precaria, había llegado al país buscando un empleo digno.
La defensa presentó un recurso de apelación que fue rechazado por el TSJA, confirmando la pena de cinco años y un día de cárcel por detención ilegal y prostitución coactiva. Además, se impuso un alejamiento de diez años sobre la víctima y el pago de una indemnización de 10.000 euros.
La víctima llegó a España en abril de 2018 en busca de trabajo para ayudar a su familia, pero al no encontrarlo debido a su situación irregular, se vio obligada a dormir en la calle. Fue entonces cuando conoció al acusado que tenía el cortijo convertido en un negocio de prostitución.
El relato creíble y sin contradicciones de la víctima, respaldado por pruebas como la ubicación del cortijo y detalles sobre su situación, fue crucial en la decisión del tribunal. La acusada inicialmente ocultó sus intenciones, pero finalmente obligó a la víctima a prostituirse quitándole sus pertenencias y reteniéndola en el inmueble vigilado por otros hombres.
La situación de la víctima, obligada a realizar servicios sexuales en condiciones insalubres y bajo amenazas, duró dos meses hasta que logró escapar. La acusada cambió su versión durante el juicio, negando las acusaciones pero luego admitiendo que se practicaba la prostitución en el cortijo de manera voluntaria.
La Sala destacó que las restricciones impuestas a la libertad de la víctima van más allá de un delito de prostitución coactiva, constituyendo un segundo delito de detención ilegal. La mujer logró escapar aprovechando un descuido de los vigilantes y denunció su situación siete meses después de ser atendida por una ONG.
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