El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha expresado su optimismo de cara a la próxima campaña oleícola, confiando en que España pueda producir más de un millón de toneladas de aceite de oliva para la campaña 2024/2025.

Planas, presente en Jaén para la presentación del libro 'Ni rebeldes, ni primitivos. El sindicalismo agrario de la UGT en Andalucía y su contribución a la construcción de la democracia' de Salvador Cruz Artacho, ha destacado que las lluvias de la primavera han permitido vislumbrar un futuro más prometedor en cuanto a la producción.

"Mi impresión es que superaremos el millón de toneladas en la campaña 24-25, veremos qué sucede de aquí al final del año", ha afirmado el ministro, quien también ha señalado que la Aemet prevé nuevas lluvias que podrían contribuir a un aumento de la producción.

En relación a la presente campaña, que concluye el 30 de septiembre, Planas ha resaltado la capacidad de abastecimiento a pesar de la escasez de producción y el incremento de los precios.

"Hemos logrado abastecer adecuadamente el mercado interior de España, y creo que los ciudadanos han respondido con fidelidad al aceite de oliva y a nuestra dieta mediterránea", ha enfatizado el ministro.

Planas ha aplaudido la respuesta positiva de los ciudadanos ante el aumento de precios del aceite de oliva, un producto fundamental tanto en la alimentación y gastronomía como en la economía del país.

En cuanto a los precios futuros del aceite de oliva, el ministro ha subrayado la importancia de mantener un equilibrio que retribuya justamente el trabajo de los olivareros y, a su vez, garantice precios accesibles para los consumidores.

Por otro lado, ha asegurado que se vigilará de cerca la evolución de los precios para evitar cualquier irregularidad en su formación, en colaboración con la Comisión Nacional de Mercados de la Competencia y el Ministerio de Consumo, así como con las comunidades autónomas.

En relación al mantenimiento del IVA superreducido para el aceite de oliva, Planas ha enfatizado la voluntad del Gobierno de conservar este tipo impositivo, considerando que es un producto de primera necesidad para la alimentación humana.