SEVILLA, 1 de noviembre. La Junta de Andalucía ha anunciado el cierre de la fase de alto riesgo de incendios forestales en la región, una medida que se había extendido desde el 15 de octubre hasta el 1 de noviembre. Este alargamiento, motivado por las elevadas temperaturas y la tardía llegada de las lluvias otoñales, ha hecho necesario mantener las alertas ante el peligro de incendios que afectan a los bosques andaluces.

En su declaración, el gobierno autonómico recordó que durante el verano, Andalucía fue golpeada por dos intensas olas de calor, la primera entre el 18 de junio y el 4 de julio y la segunda del 3 al 18 de agosto. Esta última, que se extendió por 16 días, fue catalogada como la más severa desde que se dispone de registros, incluso superando a la ola de calor histórica de julio de 2022. Las temperaturas alcanzaron picos alarmantes, como los 46 grados en El Granado (Huelva) el 28 de junio y 44.3 grados en Fuentes de Andalucía (Sevilla) el 29 de julio.

El consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias agradeció a la población su colaboración durante la campaña contra incendios, subrayando que, a pesar de las condiciones adversas, no se reportaron fuegos significativos en la comunidad. Esta participación activa de la ciudadanía ha sido clave para mitigar el riesgo en un periodo complicado.

Con la llegada de noviembre, las temperaturas han comenzado a descender y se han registrado precipitaciones en gran parte del territorio andaluz. Esto permite que se declare una fase de bajo riesgo, que se mantendrá hasta el 30 de abril del próximo año, brindando un respiro a los ecosistemas más vulnerables.

La finalización del estado de alto riesgo implica la suspensión de las restricciones sobre ciertas actividades al aire libre. Ahora se permite la realización de barbacoas en áreas designadas, así como quemas agrícolas y forestales, y el uso de vehículos a motor en espacios forestry y cercanos a ellos, siempre y cuando se respeten las normativas establecidas.

Sin embargo, Sanz ha enfatizado la necesidad de mantener una actitud de precaución en las áreas forestales, recordando que proteger el valioso patrimonio natural de Andalucía es una tarea que compete a todos. La responsabilidad individual es fundamental para evitar incidentes que puedan poner en peligro estos entornos. Es un llamado a la conciencia colectiva para continuar cuidando de nuestros bosques.