Andalucía se posiciona como la segunda región europea con mayor turismo de corta estancia en verano de 2024.
SEVILLA, 2 de agosto. Andalucía se ha consolidado como un referente en el turismo de corta estancia en Europa, ocupando el segundo lugar en el continente durante el verano de 2024 en cuanto a pernoctaciones a través de plataformas digitales como Airbnb y Booking. Este año, la comunidad andaluza alcanzó más de 17 millones de reservas, convirtiéndose en un destino cardinal para los viajeros que utilizan estas herramientas digitales.
Un análisis detallado de los datos de Eurostats, publicado por Europa Press, revela que en el total de reservas del año pasado, Andalucía no solo se alzó al primer puesto en Europa con más de 44 millones de noches reservadas, sino que dejó atrás a su competidora más cercana, la región adriática de Croacia. Estas cifras subrayan la innegable atracción del sur de España como destino turístico.
Otras regiones también destacan en el ámbito turístico, aunque están por detrás de Andalucía: la Comunidad Valenciana con 12,1 millones de reservas y la emblemática Costa Brava de Cataluña con 10,7 millones de noches. Estos destinos aunados muestran la popularidad del turismo de corta duración en la península durante el periodo estival de 2024.
De acuerdo con el informe de Eurostats, el tercer trimestre de 2023 experimentó un aumento notable del 23% en las pernoctaciones en Andalucía en comparación con el año anterior, lo que pone de manifiesto el auge de este estilo de turismo en el sur de la Península Ibérica.
Paloma Amat, vicepresidenta de la Asociación de Profesionales de Viviendas y Apartamentos Turísticos de Andalucía (Avvapro), comentó en declaraciones a Europa Press que la duración promedio de estancia en Andalucía varía entre tres y cinco días. Destacó que esta flexibilidad en el alojamiento permite que los destinos no dependan solamente de la afluencia en verano, contribuyendo a un flujo turístico más constante.
Amat también resaltó que el modelo de alojamientos turísticos contribuye a diversificar y revitalizar áreas que antes no contaban con turismo, especialmente en zonas rurales donde frecuentemente las viviendas turísticas son la única opción de alojamiento. Esto, según ella, abre las puertas del turismo a regiones que previamente habían quedado al margen de este fenómeno.
La vicepresidenta añadió que este modelo atiende a diversos tipos de viajeros, como familias que requieren más espacio y privacidad, una necesidad que no siempre se satisface en los hoteles. Amat subrayó que muchas de estas estancias son accesibles para quienes desean evitar áreas comunes en busca de un ambiente más tranquilo.
En relación a la percepción de que los turistas gastan menos al estar menos tiempo en un destino, Amat afirmó que se trata de un mito. “El tipo de gasto puede ser diferente, pero no menor”, explicó, señalando que estos viajeros eligen alternativas como mercados locales en lugar de restaurantes de hoteles.
Así, estos turistas suelen permanecer más tiempo que aquellos en hoteles y distribuyen su gasto de manera más equilibrada en la economía local, evitando que se concentre únicamente en grandes corporaciones.
Amat enfatizó que este auge del turismo de corta estancia, impulsado por los canales digitales, ofrece una gran oportunidad para muchas familias andaluzas, pequeños emprendedores y autónomos que operan dentro del marco legal y se esfuerzan por ofrecer un producto de calidad que respete su entorno.
A nivel europeo, la tendencia del turismo de corta estancia también muestra un crecimiento significativo. El Espacio Schengen reportó un total de 854 millones de reservas en el último año, lo que representa un incremento del 20% respecto a 2023, año en el que se registraron 719 millones de reservas.
Este fenómeno no se limita solo a Andalucía sino que abarca regiones como la Costa Azul y Bretaña en Francia, así como Lombardia y Véneto en Italia, el Algarve y el Área Metropolitana de Lisboa en Portugal, y la mencionada Adriática croata.
Un informe del Consejo de Viajes y Turismo de 2023 resalta que Francia, Italia, España y Croacia son los países de la Unión Europea donde el turismo se erige como el pilar más robusto de sus economías, impactando significativamente en el Producto Interior Bruto (PIB) de cada uno; en 2022, representó el 8,8% en Francia, 9,1% en Italia, 14,5% en España y un deslumbrante 25,8% en Croacia.
Sin embargo, este crecimiento en la influencia del turismo sobre el PIB también ha traído consigo desafíos, tales como el incremento en los precios del metro cuadrado y las dificultades de acceso a vivienda en alquiler para los jóvenes de estas regiones. Por ejemplo, el precio promedio del metro cuadrado en Málaga ha aumentado a 15,6 euros desde los 10 euros registrados en 2020. En Barcelona, el alcalde Jaume Collboni busca erradicar todos los pisos turísticos en la ciudad para 2029 como parte de una estrategia más amplia para abordar estas cuestiones.
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