Los arroceros sevillanos se enfrentan a un nuevo año de falta de agua, lo que les impedirá sembrar las 27.000 hectáreas disponibles. La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir aprobó el uso de 1.286 metros cúbicos de agua por hectárea, pero los arroceros se han dado cuenta de que esto no es suficiente para cultivar el arroz. En las dos últimas campañas, los arroceros sevillanos solo pudieron sembrar hasta el 50% y 30% de las hectáreas disponibles, respectivamente.
Si las condiciones pluviométricas no cambian antes del 15 de mayo, la fecha de inicio de la siembra, los arroceros tendrán que dejar de sembrar el 90% de sus tierras. El presidente de la Cooperativa del Bajo Guadalquivir y de la comunidad de regantes de la sección segunda de Marismas, Álvaro Bravo, ha señalado que este año se han repartido solo 700 metros cúbicos por hectárea, lo que hace inviable el cultivo del arroz.
Los arroceros han solicitado un plan de modernización de la red de distribución de agua para evitar el desperdicio de agua y mejorar el cultivo. Sin embargo, Bravo ha expresado su preocupación de que las administraciones solo actúen cuando el problema ya está encima y después de años de no aprovechar las oportunidades para mejoras en esta área. Los agricultores buscan tierras en las que haya recursos hídricos, pero esto, según Bravo, puede tener un impacto en los precios finales de los productos, lo que podrían terminar afectando al consumidor. Por lo tanto, es fundamental empezar a trabajar en un plan integral de modernización de la red de distribución de agua para prevenir futuras sequías.
Álvaro Bravo considera que la solución a este problema debe ser una colaboración entre los agricultores y las administraciones. Es necesario sentarse a elaborar un plan de modernización de la red de distribución de agua porque las sequías seguirán llegando.
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