Azucarera ha dado una respuesta contundente a los rumores sobre el cierre de su planta en Jerez de la Frontera, Cádiz. Este jueves, la empresa ha confirmado que la refinería seguirá operando como lo ha hecho desde 2008, desmintiendo así las afirmaciones de la organización agraria COAG Andalucía, que había expresado su preocupación por un posible cierre que afectaría negativamente al cultivo de la remolacha.

En su comunicado oficial, Azucarera enfatiza que la fábrica de Jerez sigue activa y funcionando con normalidad en su rol de refinería, un proceso en el que se encuentran implicadas 218 personas en su plantilla. La compañía subraya que no existen intenciones de cesar sus actividades en esta localización.

Además, la empresa ha calificado de "falsa" la información que circuló sobre una supuesta inversión de 42 millones de dólares en Paraguay, destinada a trasladar parte de su producción. Azucarera ha dejado claro que no hay planes de deslocalización ni se contempla dicha inversión.

La azucarera se ha mostrado preocupada por las afirmaciones de la asociación agraria, al considerar que estas son erróneas y que pueden inducir a confusión entre los agricultores, así como en el resto del sector y la comunidad. La empresa reitera su compromiso con la transparencia y con el desarrollo sostenible de sus operaciones en territorio español.

Es importante mencionar que, en mayo de este año, Azucarera había anunciado una reestructuración de sus operaciones en España mediante un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría a once empleados en Jerez, que es la única planta de la empresa en Andalucía.

La compañía dispone de varias instalaciones, incluidas tres fábricas de molienda y un centro de envasado en Castilla y León, además del establecimiento en Jerez. En total, Azucarera cuenta con una plantilla de 251 trabajadores, de los cuales 169 tienen contratos indefinidos y 82 son fijos discontinuos.

En contextos de reorganización, la empresa había comunicado su intención de concentrar las operaciones y producción en su planta de Toro, en Zamora, lo que implicaría el cierre de la fábrica de La Bañeza, en León.