24h Andalucía.

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COAG advierte sobre la alarmante inundación en el Bajo Guadalquivir que afecta 10.000 hectáreas de cultivos.

COAG advierte sobre la alarmante inundación en el Bajo Guadalquivir que afecta 10.000 hectáreas de cultivos.

Sevilla, 28 de marzo.

La situación en el Bajo Guadalquivir ha alcanzado una gravedad alarmante, según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Sevilla. Las recientes inundaciones, resultado de una serie de borrascas que han azotado la región durante marzo, han sumergido aproximadamente 10.000 hectáreas de cultivos y tierras agrícolas, exacerbando una crisis ya profunda en el sector agrario.

La coordinadora ha destacado el contexto desesperado en el que se encuentran los agricultores, quienes llevan años lidiando con sequías severas que han drásticamente disminuido la producción agrícola por la escasez de agua y las estrictas restricciones de riego. Lo que se esperaba como un alivio gracias a las lluvias ha resultado ser una catástrofe, llevándose por delante miles de hectáreas de cultivo.

Entre los cultivos más perjudicados se encuentran verduras esenciales como la alcachofa, el brócoli y la zanahoria. En el distrito de Lebrija, aunque los sistemas de bombeo funcionaron adecuadamente, los agricultores han enfrentado la imposibilidad de acceder a sus campos para cosechar, lo que ha llevado a un aumento en las enfermedades de las plantas.

La situación es desoladora, ya que COAG ha indicado que se consideran perdidas las cosechas de quinoa, guisantes y lo poco que quedaba de espinacas. Además, cientos de hectáreas de brásicas ya muestran síntomas de enfermedades radiculares, debido al exceso de agua que asfixia sus raíces.

Las dificultades no se limitan a los cultivos hortícolas. En Lebrija, los campos de trigo y avena también han sufrido, y se registran casos de podredumbre en las semillas de maíz dulce, garbanzos y girasoles. Las arboledas de la región se encuentran bajo un estrés significativo por el acumulamiento contemporáneo de agua.

Hasta el momento, COAG estima que los daños en Lebrija alcanzan unas 5.000 hectáreas. La situación es igualmente alarmante en la zona de marismas en Los Palacios, donde los campos de maíz dulce, remolacha y quinoa han estado completamente inundados durante más de tres semanas.

Por si fuera poco, las parcelas que estaban preparadas para el cultivo de tomate para la industria y pimientos se enfrentan a demoras significativas, sin garantías de que podrán ser sembradas. Las inversiones destinadas a la siembra de algodón y otros cultivos tradicionales ya se consideran perdidas.

Los agricultores de esta región se encuentran en una encrucijada crítica, ya que sus medios de vida se ven amenazados por este doble embate de sequía y ahora inundaciones. Las repercusiones económicas son severas, afectando directamente las rentas familiares y poniendo en peligro la sostenibilidad del sector agrícola.

A pesar de la magnitud de este desastre natural, la coordinadora ha señalado que parte de la inundación se debe a la falta de mantenimiento adecuado de cauces y arroyos. En lugares como la autopista AP4 Sevilla-Cádiz, los daños se han intensificado por el colapso de muros de contención, lo que indica que no toda la lluvia caída en la región es el único factor detrás de esta crisis, sino que la negligencia en la infraestructura hidráulica ha jugado un papel crucial.

En vista de esta crítica situación, COAG subraya la necesidad urgente de delinear con precisión las áreas afectadas, que en un análisis preliminar abarcan alrededor de 15.000 hectáreas. Los agricultores están elaborando informes detallados sobre los daños sufridos y las cosechas perdidas, esperando que las autoridades asuman su responsabilidad y se establezcan ayudas similares a las que se ofrecieron durante la DANA en Valencia.

Con la intención de movilizar apoyo, la COAG ha anunciado que presentará mociones en los ayuntamientos y pedanías de las áreas afectadas, como Lebrija, Las Cabezas, Utrera y Los Palacios, para que estas sensibilidades sean remitiadas a la Subdelegación del Gobierno y la Diputación de Sevilla. “Urgimos a que se tomen medidas inmediatas para mitigar esta crisis aplastante. Los agricultores del Bajo Guadalquivir no pueden seguir esperando; es hora de actuar”, concluyeron sus representantes.